Como parejas de quince se adueñan del salón de la Casa de Cultura de Nueva Gerona, son 30 parejas- 20 hombres y diez mujeres-; ellas lucen abanico, vestido y saya ancha, mientras los señores están muy elegantes con sus zapatos especiales, guayaberas, pantalones amplios, camisas y sombreros.
Lo mismo puede ser el primer o el tercer domingo del mes; marcada la hora comienza el ir y venir de los movimientos del baile: el danzón, esa expresión rítmica de la nación cubana.
Ellos hacen lucir a las mujeres tocándolas solamente con la mano izquierda y en la cintura con la mano derecha, conduciéndolas de manera suave por la pista, haciéndolas resplandecer como verdaderas princesas.
Comienza la cadencia ante la primera y segunda melodías, luego hacen un movimiento rápido con compás y alegría, dan vueltas y florean a la mujer de pareja, bailan de manera cerrada de cuatro a ocho compases.
ENCUENTROS PARA ALIVIAR EL CORAZÓN
Consuelo León Crespo, presenta la peña, se trata del club de danzón Alturas de Simpson. Bate su abanico y en calidad de Presidenta habla de los 22 febreros acumulados, razón por la cual serán reconocidos como parte de la jornada de la Cultura Pinera, víspera del aniversario 193 de la ciudad de Nueva Gerona.
“Aquí aprendimos a revitalizar y difundir el danzón, no es un baile complicado, tiene pasos y movimientos elaborados. Venir a estos encuentros nos ayuda a aliviar el corazón, según el ritmo de la pieza musical que en ese momento este sonando, la verdad es que el danzón más que un baile es un estilo de vida, una forma artística y hasta un momento de diversión y relajamiento”, subraya la longeva, quien lleva en su hombro 75 almanaques.
Sigue la actuación: Se escuchan las canciones Boda de Oro, Almendra, y la Lupe; entran entonces Mérida, Sonia, Luis, Memé y también Consuelo para cantar. Cierra el bloque con las tonadas La flauta mágica y Las Alturas de Simpson.
“De escuchar las notas a uno le entra ganas de pasar a la pista y “raspar el zapato”. Gracias a este baile algunos han mejorado la depresión, la diabetes o la artritis. Sin dudas tiene fines terapéuticos”, expresa León Crespo.
Al tiempo que nos puntualiza el surgimiento de este baile de origen cubano, creado y difundidor el primero de enero de 1879 por Miguel Faílde y Pérez (1852-1921) cuando estrena Las Alturas de Simpsom en los salones del Liceo de Matanzas; a inicios del siglo XX llegó a México por Veracruz y Yucatán y comenzó a adquirir popularidad.
“Muchos creen que es un baile “de viejitos”, aunque la moda por lo retro y el pasado ha hecho que también los jóvenes y niños se sientan interesados por este y género musical, por eso desarrollamos talleres para favorecer su continuidad y vínculos generacionales, además de preservar y revitalizar las particularidades danzarias que lo han identificado al danzón a través de la historia”, aclara Iraida Aldama Martínez, directora de la Casa de Cultura de Nueva Gerona.
Es importante resaltar la capacidad creativa y de autogestión del club con numerosas iniciativas que les permiten sufragar las acciones que desarrollan en su incansable labor cultural lo que reporta un ahorro económico a la institución, fundamentalmente, como atención y reconocimiento a los miembros destacados, actividades de extensión cultural, organización de concursos, demás acciones con lo abonado cada mes para el funcionamiento interno del Club.
El baile de danzón constituye también una acción terapéutica; además del goce corporal y disfrute espiritual, es un estimulante para alejar situaciones y malestares lo cual contribuye a elevar la capacidad creativa y salud mental, de sus miembros, en su mayoría adultos mayores, grupo social al que se le presta especial atención.
Ahora vuelve Mérida Fernández Santiesteban a incitar a vocalizar la Lupe, se impone “raspar el zapato” entre los 30 bailadores antes de que Consuelo avive a cerrar con Maykel Blanco y Su Salsa Mayor y la Cafetera.
Entonces se armó la algarabía: (…) ¡Tú eres una cafetera) ¡Ay, cafetera y bien! (…) (Tú calientas, pero no cuelas) (Tú calientas pero no cuelas) (…) (Ah, tú no cuelas na´) Oye tú no cuelas na´!(…)
(Ah, tú no cuelas na´) Y las mujeres que cuelan, dónde están?
(Ah, tú no cuelas na´) Dónde están? Las bajitas, las candelas (…)
(Ah, tú no cuelas na´) Eh, se quema la cafetera!
(Ah, tú no cuelas na´) Oye! que se acabó el café
(Ah, tú no cuelas na´) Si van a colar, cuelen bien