Setenta y cinco años después de su primera función, el 28 de octubre de 1948, el Ballet Nacional de Cuba sigue siendo puntal del movimiento escénico cubano. Más que eso: es símbolo y realización de la cultura cubana, de la nación toda. No en vano la compañía que fundaron Alicia, Alberto y Fernando Alonso fue declarada Patrimonio Nacional. El BNC abrió muchos caminos y hoy, pese a los muchos obstáculos del momento, es referente de empeño y compromiso.
El cumpleaños 75 de la agrupación será una verdadera fiesta de la danza, que contará con una larga temporada en la sala Avellaneda del Teatro Nacional. En conferencia de prensa, encabezada por la actual directora, la primera bailarina Viengsay Valdés, y por Lillitsy Hernández, presidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas, se dieron a conocer particularidades de un programa que incluye, además de la escenificación de significativas piezas del repertorio, exposiciones, presentaciones de libros, un ciclo cinematográfico y un coloquio.
En los salones de la agrupación se monta y se ensaya desde hace días, en largas e intensas sesiones. La pretensión es ofrecer al público el reencuentro con coreografías significativas, tanto de la gran tradición universal como de la creación nacional. Son tres programas, que se sucederán desde el próximo 6 de octubre. El colofón será una gran gala el propio día del aniversario, en la que se espera que participen importantes figuras históricas de la compañía.
El Ballet Nacional de Cuba celebra su historia, reconoce a sus fundadores, y asume los desafíos de los nuevos tiempos.