Cuba llega a este Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en este año marcado por el esfuerzo colectivo y los constantes retos en los planos económico, productivo y social ante carencias y situaciones de desabastecimiento y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU, pero no renuncia a que sea una jornada de entusiasmo, movilización y compromiso.
Tendrá características diferentes y si bien no podrá realizarse una celebración multitudinaria debido a las restricciones impuestas por la escasez de combustible, cada territorio ha desarrollado actividades que abarcan pequeños actos en plazas y parques, así como en colectivos laborales, hasta desfiles de aquellos que pueden movilizarse por la cercanía de sus lugares de residencia.
Las iniciativas son diversas, la creatividad que caracteriza a los cubanos se pone de manifiesto una vez más, cuando existe una gran ofensiva ideológica y una crisis global que impacta en la vida cotidiana de la sociedad.
Promover la participación desde los barrios y comunidades constituye el objetivo de esta celebración en la Isla, vale recordar que dos años de pandemia interrumpieron los festejos presenciales del proletariado cubano y el escenario virtual durante ese período suplió los desfiles y actos.
Ya en 2022, se pudo celebrar el Día Internacional de los Trabajadores en parques y plazas, con demostraciones donde primó la organización y el entusiasmo en respaldo a la construcción colectiva de un mejor país.
En Cuba se celebró por vez primera en 1890 el Primero de Mayo, tras los acuerdos del Congreso de la Segunda Internacional, efectuado en París, que estableció esa jornada como el Día de los Trabajadores con carácter internacional.
El movimiento obrero cubano durante la República Neocolonial dio muestras de su fortaleza en la lucha contra la corrupción y los gobiernos de turno en esa etapa, cuando ocurrieron la huelga de los aprendices (1902), la de la moneda (1907) y la del alcantarillado (1911).
En los años siguientes la exigencia de los derechos de los trabajadores igualmente fue una bandera esgrimida por dirigentes de la clase obrera y en no pocos casos conllevó a las marchas el día alegórico atravesadas por la represión, la persecución y el terror con saldo de sindicalistas muertos.
La etapa de la dictadura de Fulgencio Batista, de 1952 a 1958, impidió a la vanguardia de la clase proletaria celebrar su día internacional, y solo se permitió al líder de una organización fraudulenta opuesta a los principios de la CTC y a las peticiones de los sindicatos, Eusebio Mujal, tener el control de las actividades.
Tras el triunfo de la Revolución, el Primero de Mayo ha resultado un día muy diferente y constituye una fecha de regocijo, de reafirmación y compromiso.
(Tomado de ACN)