Rafael Salazar Ortiz tiene 67 años y desde el 2015 es delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular de La Lisa. En ese año, cuando llegó al Reparto Granma, en La Coronela, apenas se erigían pocos edificios en una comunidad naciente.
A pie de obra, con su capacidad de diálogo y gestión, puso cuerpo y alma para hacer crecer su barrio, junto a las autoridades y directivos que apoyaron la construcción de varias instalaciones para la prestación de servicios básicos al pueblo.
Conoce al dedillo los problemas y las necesidades cotidianas de su gente, algunas resueltas y otras no, por las cuales «se bate» con las entidades que tienen las capacidades materiales y logísticas para solucionarlas.
Las perspectivas de desarrollo comunitario para 2030 son múltiples, así como los desafíos para concretarlas en medio de un bloqueo asfixiante, pero este santiaguero tiene la misma resolución de echar hacia adelante y el mismo ímpetu de cuando llegó a La Habana en 1975, llamado al Servicio Militar.
Ahora, con más experiencia y gratitud a la Revolución que le dio la oportunidad de graduarse como obrero calificado en Máquina de impresión directa en la Escuela Poligráfica de su ciuadad natal. Posteriormente se graduó de militar de la Unidad de Defensa de Embajadas y más adelante de la Seguridad Personal del Comandante Fidel Castro.
«A mí me propuso el pueblo y siempre estaré junto al pueblo», esa es su máxima en la ardua labor de representar a los suyos.