Hacer del tercer domingo de julio el Día de los Niños es ya una tradición en Cuba. Por eso, este amanecer, la Escuela Primaria Osvaldo Sánchez, del reparto Martí, en el capitalino municipio del Cerro, abrió sus puertas para que sus pequeños tuvieran una mañana de diversión y entretenimiento.
Bastó la imaginación de los entusiastas profesores y de los infantes para que el tiempo se convirtiera en una fiesta. Entre juegos y cantos transcurrió esta jornada, la cual demostró que, con imaginación y creatividad, se puede pasar un rato feliz.
Nuestros niños lo merecen. Los obstáculos impuestos por el criminal bloqueo imperial no pueden obstruir la alegría de los más pequeños de esta tierra.