Desde su surgimiento en el 2008, las plantas de fuel oil ubicadas en Trinidad y Sancti Spíritus “tropezaron” con las consecuencias nocivas del lodo residual, propio del proceso de generación eléctrica de las mencionadas entidades. Así, la búsqueda de alternativas para contrarrestar el impacto negativo de ese desecho sobre el ambiente se hizo más intensa.
Catalogado como “peligroso” por la Resolución 136/2009 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), el lodo comenzó a emplearse en los procesos productivos de dos industrias yayaberas. La primera en revertir la función del residual fue la empresa provincial de Materiales de la Construcción del Poder Popular. En la misma, emplearon el drenaje del agua contenida en los depósitos de excedentes de las plantas eléctricas con baterías de grupos electrógenos; procedimiento que se tradujo en el óptimo funcionamiento de los quemadores insertos en los tejares.
La producción de casi un millón de ladrillos y el ahorro de más de 140 mil pesos devinieron dádivas de la referida alternativa de trabajo. Al prescindir del fuel oil a la hora de fabricar esa cerámica, la economía nacional dejó de gastar 182 mil pesos convertibles al evitar su compra para cubrir las necesidades de los tejares espirituanos.
Silvia Vázquez Gallo, especialista energética, precisó que en los cinco años y medio de empleo del lodo en la obtención de cerámica roja por parte de su empresa, han registrado un ahorro neto por encima del cuarto de millón de pesos (CUP). Agregó además, que recientemente el residual se utiliza también para producir pinturas, hecho que podrá traducirse en aportes mayores a la economía de la isla.
De acuerdo con Eliécer Núñez Navarro, especialista en plantas eléctricas de fuel oil en la provincia, también la fábrica de cemento Siguaney se inscribió en la tarea de acabar con el lodo de origen contaminante, ya con resultados visibles: “El pasado año quemaron cerca de 50 mil litros de lodo y la empresa de materiales del Poder Populares poco más de 170 mil; a pesar de ello, en las plantas eléctricas existentes en el territorio todavía quedaron cantidades de residuales superiores a la suma de los índices antes mencionados”.
Tal argumento valió para que la Unión Eléctrica Nacional orientara el acondicionamiento de las termoeléctricas a lo largo del país para el inicio de la quema del desecho en cada una de ellas.