Los trabajadores son la base económica fundamental en las transformaciones que tienen lugar dentro del marco regulatorio del país y, a su vez, constituyen la estructura política más importante, en tanto se agrupan en sindicatos ramales y en una central sindical unitaria.
No es ocioso enfatizar que bajo esa concepción confluyen quienes laboran en entidades estatales y en el sector no estatal[1], este último en crecimiento, dadas las medidas adoptadas desde septiembre del 2021 con la aprobación de que fueran creándose las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) y cooperativas no agropecuarias.
Tal decisión da respuesta a los planteamientos de los trabajadores no estatales tanto en las conferencias de los sindicatos nacionales como en el XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Los antecedentes hay que buscarlos en los lineamientos refrendados por el 6to., 7mo. y 8vo Congresos del Partido Comunista de Cuba. En este último con superior relevancia, pues la fundamentación está contenida en la también aprobada Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, la cual expone en su Capítulo II que: “La existencia de formas de propiedad y de gestión no estatales tiene como objetivos posibilitar que el Estado y el Gobierno se concentren en las complejas tareas que le son propias, tributar a la eficiencia integral de la economía, generar empleos, desplegar iniciativas, impulsar las fuerzas productivas, incrementar los ingresos al Presupuesto del Estado y contribuir al bienestar en función del desarrollo socialista”[2].
Es innegable que con estas nuevas formas de gestión se incrementa el empleo, a la vez que devienen una oportunidad para que los trabajadores cubanos, vinculados o no a las empresas estatales socialistas y presupuestadas, sean dueños de un negocio, donde pueden contratar a personal de alta calificación formado por la Revolución.
Sindicato mejor preparado
Para los dirigentes sindicales resulta un reto la incorporación de dichas formas de producción, pues los obliga a no cejar en su preparación, desde el conocimiento de las medidas que va aprobando el gobierno, hasta el estudio minucioso de la legislación que acompaña a tales decisiones y otras, a tenor con los cambios que propende el nuevo modelo económico en el país.
Los trabajadores que integran las mipymes y cooperativas o laboran por cuenta propia tienen el derecho a afiliarse sindicalmente y como en Cuba esa estructura es por ramas, pueden pertenecer al sector afín con sus negocios y actividades.
Ese proceso de incorporación voluntario lo realizan los propios sindicatos, si bien vale aclarar que estos y la CTC los representan a todos, de ahí que a su sede principal han llegado numerosos planteamientos de no afiliados, quienes también tienen la posibilidad de evacuar dudas y preocupaciones en los Comités Provinciales de la organización, donde laboran prestigiosos abogados.
Proyecto con todos
Empleo y oportunidades de liberar iniciativas emprendedoras son las cartas de presentación para estos nuevos actores económicos, convocados a impulsar, cada uno desde su ámbito, el desarrollo de la nación.
Como se enfatiza en cada escenario donde es analizado el tema, su aprobación es la arrancada hacia un escenario más innovador, que de forma gradual también concretará proyectos de vida.
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[1] Los trabajadores no estatales son aquellos que mantienen una relación laboral permanente con entidades clasificadas en los sectores cooperativo, mixto y privado.
[2] capítulo II: El sistema de relaciones de propiedad sobre los medios de producción / pág. 23
Este material fue publicado inicialmente en la Revista CTC No. 25
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