Katherin Nuevo y un 2021 de ensueño

A Katherin Nuevo siempre le llamó la atención la canoa y no se detuvo hasta estar encima de una. La joven villaclareña comenzó en el kayak, pero en la academia le llegó la oportunidad de cambiarse y no lo dudó un instante.

Tan pronto como en noveno grado pasó a integrar las filas de la selección nacional y, pese a tener en su palmarés un oro Panamericano, este 2021 ha sido un año que ocupará un sitio especial en el libro de sus memorias.

Medallas en la Copa del Mundo de Barnaul, el Campeonato Mundial de Copenhague, los Panamericanos Juveniles de Cali y el debut en los Juegos Olímpicos de Tokio son parte de los gratos recuerdos dejados por esta temporada.

«Los Juegos Olímpicos fueron una cosa impresionante, única. Nunca había pasado por nada similar y me gustó mucho esa experiencia, compartimos bastante y nos unimos más como equipo.

«Sí pienso que pudo haber ido mejor, esperábamos un resultado superior, pero hay conformidad con la actuación en Tokio, fue algo totalmente nuevo y estoy alegre por lo que alcanzamos», dice.

En suelo nipón, Katherin Nuevo acabó decimosexta en la competencia individual, mientras que, junto a Yarisleidis Cirilo, terminó sexta el C2 a 500 metros. Sin embargo, unas semanas después de finalizada la cita olímpica, las muchachas del bote cubano marcaron la historia en el Campeonato Mundial de Copenhague. Allí se colgaron a su cuello una medalla de plata (C2-200 m) y otra de bronce (C2-500 m).

«Llegamos un poco cansadas, porque todos los esfuerzos se enfocaron en los Juegos Olímpicos, pero cuando dijeron Mundial, vimos otra oportunidad de combatir con nuestras rivales y un chance para demostrar que podíamos obtener una medalla. Y así fuimos. A pesar del cansancio y las dificultades lo dimos todo.

«La primera presea era algo que anhelábamos. No esperábamos ese bronce y fue impresionante. Al entrar, no sabíamos si lo habíamos logrado. Apenas miré la pizarra y vi que entramos en tercer lugar, fue como si el corazón se me saliera… Abracé muy fuerte a Yari y le dije: ‘¡Mira, cogimos bronce!'».

Con aquel metal bronceado, Cirilo y Nuevo consiguieron la hazaña de convertirse en las primeras cubanas medallistas en este tipo de lides, sin saber aún que lo mejor estaba por llegar en la canoa biplaza a 200 metros, con una medalla de plata que no fue oro porque las españolas María Corbera y Patricia Coco (43.88) resultaron una centésima más rápidas que ellas (43.89).

«Nosotras nos vimos en la regata muy bien. A pesar de algunos problemas técnicos que tuvimos, nos fuimos arriba y parecía que entrábamos primero que España, pero el fotofinish mostró que no y acatamos la decisión. Estoy satisfecha, contenta con esa plata, aunque no era lo que queríamos».

Entre tantos lauros, el bote no pierde el rumbo. Katherin afirma que la fortaleza está en ser críticas entre ellas y entender los consejos de ambos lados, para así mejorar.

«Considero que debo pulir defectos técnicos que afectan un poco al bote, seguir entrenando, superándome día a día, ayudar a mi mejor amiga y luchar por buenos resultados».

Entre ambas, cuenta, existe ya una relación de hermandad, que trasciende la competencia y ayuda a que la canoa esté en condiciones.

En la recién finalizada cita de Cali, el tándem se separó debido a una lesión de Cirilo y el resultado en el C2 no fue el esperado. Sin embargo, Katherin Nuevo supo sobreponerse y al día siguiente le dio un oro a la delegación cubana, tras ganar en la canoa monoplaza a 200 metros.

Ahora sueña con mejorar el lugar olímpico. París 2024 se ve en el horizonte. ¿Quién sabe? Quizás para ese momento la veamos con sus audífonos y mascando chicle, minutos antes de salir a la competencia e intentar hacer historia.