Mañana domingo 28 de noviembre 5,3 millones de hondureños acudirán a las urnas con la esperanza de poner fin a ocho años del mal gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH), quien ha sido acusado de corrupto, incapaz y de cobijar redes de narcotráfico, entre ellas las de su propio hermano, Tony Hernández.
Ese día, además del presidente, los electores escogerán 20 diputados al Parlamento Centroamericano y sus respectivos suplentes; 128 diputados al Congreso Nacional y sus respectivos suplentes; y 298 Corporaciones Municipales integradas por un alcalde, un vicealcalde y regidores.
- 20 diputados al Parlamento Centroamericano y sus respectivos suplentes;
- 128 diputados al Congreso Nacional y sus respectivos suplentes;
- 298 Corporaciones Municipales integradas por un alcalde, un vicealcalde y sus respectivos regidores.
Quince son los candidatos presidenciales inscritos, y tres los favoritos: Nasry Asfura, alcalde de Tegucigalpa, del oficialista Partido Nacional; Yani Rosenthal, del Partido Liberal; y Xiomara Castro, del Partido Libertad y Refundación (Libre), esposa del expresidente Manuel Zelaya, quien fuera derrocado en el 2009, momento que algunos marcan como el inicio de la crisis económica, política y social que aún persiste y se profundiza en Honduras.
Triunfa quien obtenga mayoría simple. Según analistas, si la apatía supera las ansias de participar cívicamente, ganará Asfura. En cambio, si la gente acude a las urnas en mayoría, el triunfo será para Castro, noticia que tiene en ascuas al Gobierno estadounidense debido a la importancia de este pequeño país para el gigante norteño, sobre todo por su ubicación estratégica en el corredor migratorio centroamericano.
Dos de cada tres hondureños viven en la pobreza, razón por la que miles emigran cada año en busca de una vida mejor, un millón se ha radicado en Estados Unidos. Precisamente del llamado triángulo norte —Honduras, El Salvador y Guatemala— proviene la mayor cantidad de inmigrantes de esta subregión, según datos del Migration Policy Institute.
El bloque comparte además problemas sistémicos que se han filtrado a sus sociedades y también potencian el desplazamiento interno y la emigración, entre ellos los altos niveles de violencia y crimen organizado que van desde extorsión, homicidio, violencia sexual, desapariciones hasta reclutamiento forzoso, tal como ha reconocido en un informe la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El analista político y abogado constitucionalista hondureño Raúl Pineda declaró a CNN que en estas elecciones no se dirime un simple “relevo de autoridades”, ya que algunos funcionarios temen ser enjuiciados una vez que pierdan sus actuales prerrogativas e inmunidades, por lo cual “lucharán desesperadamente por mantenerse en el poder. Está en juego su libertad y patrimonio”.
El acaudalado empresario de 56 años (exconvicto de EE.UU. por lavar dinero del narcotráfico) Yani Rosenthal, por ejemplo, ha dicho que, si llega a la presidencia, extraditaría al actual mandatario hacia EE.UU., aun cuando ese reclamo no se ha formulado. Lo que sí consta es que el fiscal federal de Nueva York, Michael Lockard, tomó nota de las declaraciones de testigos en el juicio contra el hondureño Geovanny Fuentes Ramírez por cargos de narcotráfico y posesión de armas de fuego, donde se aseguró que JOH integraba un grupo de narcotráfico que produjo, transportó y envió cocaína a Estados Unidos.
Como el resto del mundo, Honduras ha sido impactada por la pandemia del nuevo coronavirus. Hasta el momento, de acuerdo con estadísticas de la Universidad Johns Hopkins, se han contagiado 377 mil 712 personas y fallecido 10 mil 401. Hasta el 19 de noviembre el 39 % de la población había recibido dos dosis de vacuna, un porcentaje inferior al promedio tanto en Norteamérica (54,3%) como en Sudamérica (56,1%), según Our World in Data.