El tiro con arco cubano tiene un nuevo objetivo entre ceja y ceja: los I Juegos Panamericanos Júnior de Cali 2021. Allí competirán los jóvenes Yailín Paredes y Omar Sabido tanto en las competencias individuales como en la ronda por equipos mixtos.
Paredes y Sabido lograron su boleto a la lid multideportiva en el clasificatorio de Medellín, celebrado en mayo, evento que aprovecharon para foguearse internacionalmente en un contexto agravado por la situación epidemiológica generada por la pandemia de Covid 19.
Desde el 20 de septiembre, los arqueros y sus profesores se encuentran en la Escuela de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (ESFAAR) Giraldo Córdova Cardín para terminar de moldear una preparación llena de dificultades; pero en la que no ha faltado el optimismo.
Covid 19: el primer reto
Aliesky Reyes, entrenador de Yailín Paredes, recuerda que en los peores meses de la Covid mantener la forma deportiva se tornó complicado en entrenamientos caracterizados por la soledad. “Tuvimos que tomar decisiones de emergencia en dependencia de la situación epidemiológica, ajustándonos a lo establecido en las provincias. En muchos momentos no pudimos utilizar las instalaciones requeridas para nuestra práctica, ya que según las medidas tomadas por los gobiernos municipales y provinciales nos era imposible hacer deporte.
“Lo otro escabroso era la motivación, porque no estaba el resto del grupo para hacer más dinámica la clase, buscar confrontar, y eso a la larga trae daños en el aspecto psicológico”, explica.
“No pude ejercitar en compañía de otros atletas, que eso es importante y resulta un aliciente. Cuando una está sola se vuelve un poco monótono, incluso la autoexigencia puede llegar a disminuir”, rememora Paredes y añade que en los períodos más críticos debió limitarse a seguir por WhatsApp las indicaciones de su mentor.
“La alternativa que buscamos fue continuar activos en la casa. Pudimos mantener al menos los volúmenes de disparos de flechas y así cada dos o tres días le podía hacer la visita para los controles. Poco a poco pudimos ir incorporándonos en Sancti Spíritus y a veces entrenábamos en la Academia Provincial, según lo permitieran las restricciones. Siempre manteniendo variaciones para que no decayera el ánimo y no entrara en un proceso de agotamiento mental”, expresa Reyes.
De circunstancias similares no escapó el camagüeyano Omar Sabido, quien a diferencia de Paredes no se encontraba en el mismo territorio que su entrenador Roylán Guanche. “Hubo muchas dificultades y sacrificio. Disponía de pocos recursos y todo era muy complicado. Al principio corría en las tardes por la calle; pero a medida que se agravaba el escenario se volvía más difícil.
“Gracias a mis padres y entrenadores de la provincia pude tener un buen resultado en el clasificatorio de Medellín, que fue mi primera experiencia internacional. Algo totalmente nuevo, contra rivales de nivel y que me sirvió para mejorar técnica y psicológicamente y estar más fuerte para Cali”, manifiesta Sabido.
Dos metas mediaron en esa etapa preparatoria: no llegar en blanco a la concentración en la Cardín y evitar el contagio de los integrantes del equipo.
Según Guanche, nunca se dejó de trabajar y se planificaban los ejercicios en correspondencia con la realidad de los diferentes lugares para poder, de alguna forma, elevar el nivel. “Lo principal era preservar la salud del atleta y ese optimismo de que venían los juegos nos fue llevando a mantener una forma y creo que se logró que no llegaran en cero a estas instancias”.
¡A por un 10!
Una vez concentrados en La Habana, luego de pasar un aislamiento de 10 días, los deportistas y sus profesores se han enfocado en profundizar aquellos aspectos que quedaron descubiertos en los compases más oscuros de la pandemia. Igualmente, se ha hecho particular énfasis en la consolidación de componente psicológico, gracias al trabajo conjunto con especialistas.
“Nos centramos más ahora en el dominio del arco y el trabajo técnico, elementos que conllevarán a dar un salto de calidad para enfrentar una competencia de ese tipo. Los muchachos lo están asimilando bien y las condiciones en la escuela han sido muy buenas. Todo se ha llevado acorde a lo planificado y pensamos que en las seis semanas restantes elevaremos aún más los parámetros técnicos y físicos”, afirma Guanche.
En este sentido, Reyes añade que el tiro con arco es una disciplina dependiente en gran medida del manejo eficiente del implemento y esto será directamente proporcional al nivel técnico y los resultados deportivos, puesto que la preparación física es más bien complementaria.
“Estamos dedicándonos a erradicar deficiencias que se vieron en el clasificatorio. En mi caso, optimizar el ritmo de disparos, para conseguir mayor dinamismo. Eso siempre va a ayudar a ahorrar energías y terminar la competencia más descansada, sin llegar a un agotamiento extremo”, expone Paredes.
Por otra parte, para Omar Sabido los ejercicios se han concentrado en repeticiones y retenciones con arco y muchos disparos a 70 metros. “Somos muy positivos y con ayuda de los psicólogos tenemos grandes esperanzas de realizar una actuación relevante”.
La psicóloga del equipo Zoila Betanco argumenta que inicialmente buscaron evaluar el estado actual de las variables psicológicas más influyentes en el rendimiento de este deporte, sin descuidar el diagnóstico del estado anímico y motivacional de los atletas a raíz de las repercusiones de las situaciones vividas en el contexto de la pandemia para orientar adecuadamente el trabajo.
“En el caso de estos muchachos hemos ido a perfeccionar los recursos atencionales, de autorregulación emocional y de la activación fisiológica, trabajando en coordinación los entrenadores y la triada médica para la optimización del proceso de preparación antes del tiro y durante la ejecución del mismo, tratando de que sea dinámico y efectivo, prestando atención hacia el proceso y no al resultado. También se refuerza la automotivación y elementos para fortalecer la autoconfianza”, dice.
“Lo psicológico es un componente fundamental, pues el éxito depende de esa calma, de sentirse cómodo para lograr un buen disparo y que los resultados salgan”, acota Reyes.
Con el fin de mejorar estos aspectos, más adelante se efectuarán modelajes competitivos en los que se inducirán situaciones que podrían ocasionar estados de ansiedad o presión, para desarrollar recursos de afrontamiento y se establecerán metas a corto y mediano plazo que permitan incrementar la motivación y la seguridad, añade Betanco.
Propósitos al alcance de las flechas
Los arqueros se han adaptado con facilidad a las nuevas cargas y, si bien no están todavía a tope, las próximas semanas serán claves para acercarse a su techo y encarar de la mejor manera posible la gran oportunidad que significan estos juegos de Cali.
“Nuestras expectativas fundamentales son obtener ubicaciones entre los ocho primeros en cada evento en que participemos y lograr que los atletas se acerquen a sus marcas personales o las superen”, comenta Reyes.
Para Yailín Paredes la meta no es inalcanzable: “Siempre trabajo con el ímpetu y los deseos de ganar la medalla de oro. Hay posibilidades de quedar entre las ocho e incluso mejorar ese lugar. A la competencia se va a disfrutar y a dar lo mejor. Los resultados salen solos”.
“Ahora me siento más preparado y con mayor motivación. Lo tenemos al alcance de la mano tanto en el individual como en el mixto. Estamos trabajando fuerte para ello todos los días”, asevera Sabido.
No obstante, el optimismo tiene que ser racional, más en un área donde el nivel se ha incrementado y encontrarán rivales complejos como México, Estados Unidos, Colombia, Canadá y Brasil.
De momento, en la Cardín las flechas no dejan de volar, aguardando el comienzo de las acciones en una cita sin precedentes en la que el tiro con arco se celebrará del 26 al 28 de noviembre en el Estadio Francisco Rivera Escobar.