Encontré en Internet un meme que anunciaba la aparición de un “cuarto” mono sabio, una suma de los otros tres, que ni ve, ni escucha ni habla, pero tiene en sus manos un medio poderoso: un teléfono celular Smartphone que le permite utilizar a su antojo las redes sociales.
Y coloco a este mono en las filas del adversario porque los que emplean las redes sociales en función de la verdad y la búsqueda de nuevos conocimientos, saben ver, escuchar y hablar, transformar en ideas a través de esos sentidos su contacto con el mundo que los rodea y llevarlas a Internet.
Los que se dejan guiar ingenuamente por este nuevo simio o se han convertido en fanáticos digitales sin cuestionar la información que reciben por esta vía, creen a pie juntillas en la Cuba que allí encuentran, muy distinta a la real, presentada a veces de una manera tan burda que les bastaría con mirar a su alrededor para comprobar la manipulación desvergonzada de lo que aquí ocurre o lo que inventan que sucede.
Los seguidores del cuarto mono que se afilian al enemigo, se esfuerzan (no desinteresadamente por supuesto) por presentarnos como un país detenido en el tiempo, un estado fallido, sumido en el caos y la ingobernabilidad que es necesario destruir (¿desde el Norte?) para implantar una sociedad libre y democrática con la mirada puesta en el vecino del Norte, con lo que revelan su anexionismo.
Cierto es que muchos de los sueños acariciados por los cubanos han sido frenados por el genocida bloqueo, pero no por ello el país se ha detenido. Nuestra capacidad de reinventarnos nos ha permitido eludir cada traspié con una solución para seguir adelante, convencidos de que si no nos hemos dejado vencer ante tantas presiones habríamos avanzado muchísimo sin la existencia de ese cerco que pretende asfixiarnos.
Es incuestionable que la Revolución ha construido una obra que en medio de tantas dificultades la cual puede, sin chovinismos, calificarse de gigante.
¿De qué otro modo calificar la proeza de nuestros científicos de crear cinco candidatos vacunales, de los cuales ya tres son vacunas, colocadas entre las mejores del mundo?
¿Y cómo caracterizar a un sistema de salud que frente a una feroz pandemia le ha garantizado atención gratuita universal y de calidad a su pueblo y a un Gobierno que diariamente se preocupa por la situación epidemiológica de cada rincón del país y adopta medidas para controlar la enfermedad, se esfuerza por acondicionar todo tipo de instalaciones estatales para hospitales o centros de aislamiento y vela por la creación de nuevos protocolos de atención y de medicamentos novedosos para la prevención y el tratamiento?
¿De qué otra manera nombrar el esfuerzo de los trabajadores en todos los sectores para mantener la vitalidad de la economía sin turismo, sin el acceso a piezas de repuesto o insumos inclusive en terceros países si tienen algún componente estadounidense, con el constante boicot al acceso de combustibles, sin el uso del dólar, con la amenaza de imponerles millonarias multas a los bancos que establezcan vínculos con Cuba y con 243 medidas adicionales implantadas por Trump y mantenidas por Biden para reforzar el bloqueo?
¿Cómo decir que estamos detenidos en el tiempo cuando tal vez seamos la nación que más cambios está produciendo dentro de la esfera económica para volver a nuestra sociedad, en lo posible, próspera y sostenible, y constantemente su Parlamento aprueba leyes encaminadas a su perfeccionamiento?
¿Y cómo ignorar el prestigio ganado por este pequeño archipiélago que históricamente ha compartido, con los necesitados del mundo, no lo que le sobra sino lo poco que tiene?
El cuarto mono enemigo no puede ni ver ni escuchar ni hablar de ampliar los espacios de diálogo, ni del trabajo social con los sectores más vulnerables de la sociedad para incorporarlos al esfuerzo colectivo, ni del creciente y necesario intercambio del Presidente y las demás autoridades del Partido y el Gobierno con el sentir del pueblo, ni de cuanta acción de justicia a favor de las mayorías que se haga en esta tierra.
Este simio indiferente a lo que sucede en su entorno, está sumergido de lleno en la red de redes haciéndose eco de cuanta campaña se desata contra Cuba, generando contenidos en apoyo a los que quieren acabar con la Revolución, lanzando mensajes de odio destinados a azuzar a cubanos contra cubanos, buscando la forma de destruir la tranquilidad ciudadana que nos distingue y alentando una intervención “humanitaria” que ya se ha quitado la careta para mostrar su verdadera faz intervencionista.
Según la leyenda de los tres monos sabios ellos fueron destinados por los dioses para descubrir y castigar las malas acciones de los seres humanos y actuaban en el siguiente orden: primero el mono sordo le comunica al ciego lo que ve, este solo necesita escuchar al primero para trasmitírselo al tercero que es el mudo, quien no necesita hablar, sino escuchar y decidir lo que hay que hacer y velar porque se realice.
Pero ¿y el cuarto? Ese vive en un mundo virtual y de manera intencionada, fanatizada o ingenua decide no ver ni oír ni hablar de lo que sucede a su alrededor. ¿Es sabio? Se convierte en un peón de la nueva guerra que se nos hace, en la esfera de las comunicaciones. Tal vez si los otros tres descubren sus acciones decidan que merecen el castigo de los dioses.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …
Excelente texto.