Los Comités de Defensa de la Revolución fueron creados por Fidel para defender la Patria, la Revolución y las conquistas del socialismo. Una de esas conquistas, la tranquilidad ciudadana, el derecho de todos a vivir en paz, se encuentra hoy amenazada por las acciones desestabilizadoras alentadas desde los Estados Unidos y animadas por voceros que, en algunos casos, han llegado al extremo de clamar por una invasión militar a nuestra isla.
Los cederistas somos la gran mayoría del pueblo, vivimos por igual en campos y en ciudades, en repartos residenciales y en barrios humildes con mayores problemas sociales; hacemos las mismas colas, sufrimos los mismos apagones, padecemos las mismas carencias… Pero nos une el compromiso de defender a toda costa la Revolución desde nuestras comunidades y de no ponernos de rodillas ante un imperio que por más de 60 años nos ha sometido al bloqueo más criminal de la historia, precisamente con la esperanza de rendirnos por hambre, necesidades y desesperación. Sabemos que nos queda mucho por hacer para lograr edificar la Cuba que anhelamos, la que soñaron Martí, Fidel y Raúl, la que merecen nuestros hijos; pero esa Cuba no podrá nacer jamás bajo los escombros generados por el caos que nos quieren imponer. Los CDR condenamos enérgica e inequívocamente los hechos vandálicos del pasado 11 de julio. Decía Juárez que el respeto al derecho ajeno es la paz, y el derecho de algunos ciudadanos a expresar sus quejas e inconformidades no puede atentar contra el que tenemos todos a vivir en paz, con orden, sin miedo, sin caos ni violencia en nuestros vecindarios.
Somos herederos de aquellos mambises, mujeres y hombres, que lucharon contra una potencia imperial, no junto a ella. Hoy la sangre mambisa que corre en nuestras venas nos llama a defender la tranquilidad ciudadana y todas las conquistas de la Revolución, con la misma entrega con la que seguiremos trabajando para solucionar nuestros problemas, para reforzar la labor social de los CDR, para llegar cada vez más al corazón de aquellas comunidades donde existan problemas desatendidos, para escuchar las quejas legítimas de nuestros compatriotas y para lograr que nuestra sociedad sea cada vez más justa e inclusiva.
Nadie dude que, como dijera Martí: “En Cuba son más los montes que los abismos: más los que aman que los que odian”.
¡Adelante cederistas! ¡Este será nuestro Moncada!
¡Patria o Muerte, Venceremos!