Cargando...El anuncio este jueves en la Mesa Redonda de la Televisión Cubana de un grupo importante de medidas por parte del gobierno, como continuidad del trabajo para mejorar las condiciones de vida y perfeccionar la economía, son la mejor respuesta que podíamos esperar a los recientes intentos desestabilizadores contra la Revolución.
Las decisiones que explicara el primer ministro Manuel Marrero Cruz llaman la atención porque van desde pequeñas hasta grandes cosas, aunque todas con un impacto en el bienestar de la población.
Además de la continuación de las labores para recuperar la capacidad de generación eléctrica, un problema clave para estos meses veraniegos; resultaron sustanciales los anuncios en relación con otros aspectos de gran sensibilidad popular.
Los plazos previstos para proseguir con la inmunización masiva para toda la nación mediante el uso de emergencia de los candidatos vacunales cubanos contra la Covid-19, son la primera prioridad en la actual circunstancia, y es un proceso bien conocido con información sistemática y actualizada sobre su marcha.
Muy necesario era, además, entrarle al tema de la escasez de medicinas, una de las urgencias que más golpea a la ciudadanía en estos momentos.
Para muchas personas que hemos vivido en los últimos meses la angustia de cualquier enfermedad propia o en la familia, en medio de restricciones que hemos suplido con solidaridad, redes de ayuda y echando mano a todas las reservas de los botiquines caseros, fue un bálsamo saber que ya se han logrado adquirir algunos recursos para incrementar la producción de medicamentos.
Que las materias primas ya estén en el país para la producción de los fármacos, es de las mejores noticias que podíamos esperar, en medio de todas las restricciones que nos ha causado el bloqueo en ese sector.
Como explicó el dirigente cubano, todavía no habrá una estabilidad en el suministro de medicamentos, pero debe haber una mayor disponibilidad. Será preciso entonces un control riguroso de esos productos, para evitar cualquier tipo de irregularidad en su distribución y venta a la población.
Con ese mismo sentido de la urgencia, se explicó la decisión de autorizar que las personas que regresen o viajen a Cuba puedan importar alimentos, artículos de aseo y medicamentos sin límite de valor y libre del pago de aranceles, como mínimo hasta diciembre próximo.
Esta medida no es una solución masiva ni mucho menos, más en las presentes circunstancias de limitaciones a los viajes internacionales, pero pudiera aliviar a un grupo de familias, a partir del deseo de ayudar entre muchos cubanos que viven fuera.
En igual dirección, llegará una solución provisional para muchos núcleos familiares que viven fuera del territorio donde tienen su dirección oficial, y hasta ahora no podían recibir su canasta básica normada en las bodegas del lugar donde residen, asunto que se agrava en las actuales condiciones de limitaciones de movimiento como consecuencia de las medidas de control de la Covid-19.
¿Quién no conoce a alguien que está en esa situación, muchas veces parejas jóvenes, incluso con niños pequeños, que se alquilan y además deben buscar alimentos, sin el respaldo de nuestra socorrida libreta de abastecimiento?
Como factor común de todas estas medidas anunciadas, se denota sin dudas una preocupación gubernamental por satisfacer inquietudes de la gente, algunas incluso de larga data, lo cual constituye, en estos tiempos difíciles, la mejor respuesta concreta que se puede dar.
