Definitivamente no hubo afectaciones significativas, pero Las Tunas estuvo entre los territorios cubanos para los que la Tormenta Tropical Elsa fue una amenaza real, aunque mucho más significativa para su litoral sur, donde se localizan los municipios de Amancio, Colombia y Jobabo.
No obstante, “desde que el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil decretó la Fase Informativa y por decisión del Consejo Provincial de Defensa en todos los centros de laborales, instituciones, organismos… comenzaron a ejecutarse las medidas del plan para la reducción de riesgos ante desastres”, afirma Leobanys Ávila Góngora, secretario general de la CTC en esta provincia del oriente cubano.
El dirigente sindical reconoce el protagonismo de los trabajadores, su disciplina y organización en la puesta en práctica de estas acciones que tienen entre sus objetivos fundamentales salvaguardar vidas humanas y preservar los recursos de la economía del impacto de estos fenómenos atmosféricos.
“Con ese propósito y observando los protocolos de bioseguridad establecidos en el enfrentamiento de la COVID-19 fueron evacuadas las personas residentes en zonas costeras, comunidades proclives a la incomunicación por intensas lluvias y en viviendas con peligros de derrumbe, la inmensa mayoría en casas de familias, vecinos y amigos, y las empresas pusieron a buen recaudo sus patrimonios”, afirma Ávila Góngora.
Enfatiza que en las zonas portuarias de Carúpano (Puerto Padre) y Guayabal (Amancio) una cifra superior a las 10 mil toneladas de azúcar fue asegurada, se garantizaron grupos electrógenos para sostener servicios vitales en unidades de producción de alimentos, hospitales y centros de aislamiento de casos sospechosos y positivos al SARS-CoV-2 y de evacuados.
Y desde ayer al mediodía, cuando la provincia pasó a la Fase Recuperativa, no menguó el rol de nuestros cuadros de la CTC y los sindicatos, algunos de ellos todavía activos en zonas de defensa, y de los afiliados en la base, que ahora reacomodan todos los medios y recursos que fueron movidos para alejarlos del potencial impacto directo del meteoro, asegura Ávila Góngora.
Reseña, entre muchos ejemplos más, los trabajos de remontaje de las estructuras de 47 casas de cultivo y el techo a ocho instalaciones rústicas construidas con ese propósito, y poner la cubierta a 13 naves de cultivos semiprotegidos.
También laboran en el izaje de tres torres de conexiones wifi y en el traslado de más de 8 mil cabezas de ganado a sus sitios habituales; y al mismo tiempo, se organiza el retorno a la mar de pescadores y embarcaciones que estaban inmersos en la captura de la cojinúa, cuya corrida empezó en los primeros días de este mes con el lanzamiento de tranques que fueron retirados oportunamente.
Esas y otras tareas, confirma, están encaminadas a restablecer la vitalidad de los servicios a la población y a impulsar los programas de producción de alimentos y otras vinculadas con los principales proyectos de desarrollo de la economía en la que nuestros trabajadores son actores decisivos.
Califica lo realizado como un buen ejercicio para enfrentar la actual temporada ciclónica, que los especialistas pronostican como muy activa en esta área geográfica, porque “puso a prueba, una vez más, la capacidad de los órganos de dirección y del pueblo para enfrentar estas contingencias y mitigar los riesgos, hoy en medio de una pandemia y de un cruel bloqueo que exigen mucha organización, entrega, constancia y disciplina”.