Ampliación y modernización de Antillana: multiplicar el acero

Salvando precisiones etimológicas, el acero, en la vida real, es sinónimo de desarrollo. Y en nuestro caso, en el empeño de avanzar, fortalecer la economía y favorecer el desarrollo, esa aleación de hierro y carbono en diferentes proporciones adquiere una importancia extrema.

Esa es una de las razones por las que se acomete la ampliación y modernización de la Empresa Siderúrgica José Martí, conocida también por Antillana de Acero, ubicada en el municipio capitalino del Cotorro.

La inversión que allí se ejecuta es una de las mayores del país en términos de construcción y montaje e influirá en la producción de acero y laminados largos, permitirá ampliar la producción del ciclo completo de la metalurgia a gran escala y sustituirá importaciones.

El ingeniero Aldo González, director de Obras Industriales de la Organización Superior de Dirección Empresarial (Osde) de Construcción y Montaje (Cubacons), aseguró a Trabajadores que las labores avanzan favorablemente.

Precisó que los principales objetos de obras se afrontan en la subestación eléctrica de 220 KV, la depuradora de gases y la acería eléctrica. En esta última está terminada la construcción civil y actualmente trabajan en ella los especialistas de la Unión Nacional Eléctrica (UNE).

En la depuradora de gases laboran en la casa de filtros y en los conductos hasta la chimenea.

Están presentes en Antillana de Acero numerosas empresas pertenecientes a la Osde Cubacons, procedentes de varias provincias del país. También se encuentran otras del Grupo Empresarial de la Industria Sideromecánica (Gesime).

Según explicó el directivo, la reparación de los techos de la Acería Eléctrica es muy compleja, al igual que el desmontaje y montaje de la campana de extracción de gases y el de tuberías de hasta 800 milímetros de diámetro en los túneles, a diez metros de profundidad.

La intensidad y complejidad de las labores y el notable esfuerzo realizado propiciaron que la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) otorgara la bandera de Proeza Laboral a siete colectivos de empresas de los ministerios de la Construcción e Industrias y entregara el Certificado de Proeza Laboral a 29 trabajadores muy destacados.

En el acto de reconocimiento fue abandera también la brigada de soldadores Hacemos Cuba, la cual está integrada por técnicos y obreros con alta calificación, quienes asumen la responsabilidad de concluir los trabajos en la acería eléctrica, los que se realizan en condiciones muy complejas, con alturas de hasta 60 metros.

Ebrique Gandulfo Lluch, del contingente Julio Antonio Mella, de La Habana, señaló: “Tenemos objetos de obras civiles comprometidos: encofrados, hormigonados, colocación de acero… Son trabajos muy complejos que requieren de grandes volúmenes de hormigón. El riesgo es alto, por lo que tenemos que adoptar medidas de seguridad extremas”.

Rubinaldo Donatiem Peregrín, jefe de brigada de la Empresa Constructora Integral no. 3, de Moa, explicó que laboran a una altura de entre 40 y 60 metros. “Ya la campana está a un 80 por ciento de montaje”.

Armando Pacheco, jefe del colectivo de la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería (Ecoi) no. 6, de Cienfuegos, otra de las que se encuentra en Antillana, señaló que el colectivo está formado por 13 trabajadores, con un promedio de edad de entre 22 y 23 años. “Estamos en la etapa de terminación de las cubiertas. También montamos un tramo del conducto de gases. La bandera que recibimos, en reconocimiento a nuestra labor, constituye un compromiso con el país y la empresa”, afirmó.

Ese es el espíritu que prima en quienes ejecutan la ampliación y modernización de la Empresa Siderúrgica José Martí.

[note note_color=»#fcd7b4″ text_color=»#110000″]Antillana de Acero es la empresa siderúrgica más grande de Cuba y fábrica insigne del Ministerio de la Industria Sideromecánica. El 12 de mayo de 1957 se inicio su construcción y realizó la primera colada el 4 de mayo de 1958. Tras el triunfo de la Revolución el gobierno potenció a la casi inexistente metalurgia cubana. En Antillana se hicieron importantes ampliaciones y modernizaciones que mejoraron de manera considerable las condiciones de trabajo e incrementaron los niveles de productividad y eficiencia.[/note]

Acerca del autor

Ramón Barreras Ferrán

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Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.