Cargando...El 7 de febrero poco más de 13 millones de ecuatorianos estarán habilitados para elegir a las nuevas autoridades de ese país sudamericano, en unos comicios marcados por la pandemia provocada por la COVID-19.
Ese día deben resultar electos el presidente, vicepresidente, los miembros de la Asamblea Nacional y los parlamentarios andinos. En caso de segunda vuelta para la presidencia corresponderá por igual el sufragio universal de los ecuatorianos.
Para llegar hasta aquí el camino ha sido escabroso tanto por denuncias de irregularidades del Consejo Nacional Electoral, y decisiones de inhabilitación como la que concierne al expresidente Rafael Correa, quien aduce ser víctima de una vendetta política del actual mandatario, Lenin Moreno.
En la fecha pactada, además de las elecciones presidenciales, en las urnas serán escogidos 137 representantes a la Asamblea Nacional y cinco miembros del Parlamento Andino (órgano deliberante de la Comunidad Andina de Naciones).
Pero el candidato presidencial por el movimiento Centro Democrático, Andrés Arauz, denunció que podría afectarse la votación de los ecuatorianos en el exterior e hizo un llamado para que no se posterguen las elecciones para parlamentarios andinos.
“Llamamos a los observadores internacionales y a toda la comunidad internacional a estar vigilantes de que no se excluyan los derechos de participación política de nuestros migrantes en el exterior. Además, planteamos la preocupación sobre la eventualidad de que el Parlamento Andino no pueda ser electo el 7 de febrero, con lo que se correría el riesgo de que se anulen las elecciones”, dijo Arauz.
En conferencia de prensa desde Quito el aspirante denunció que el Gobierno de Moreno busca impedir el voto en el extranjero.
Otras personalidades, como el presidente de Centro Democrático, Enrique Menoscal, y los candidatos al Parlamento Gustavo Mateus, Mauricio Zambrano y Mónica Palacios, se sumaron a las objeciones.
La denuncia de Arauz pudiera tener sustento en maniobras gubernamentales y de otros sectores para impedir una plena participación cuando una encuesta le sitúa como el candidato mejor situado para llegar a la silla presidencial.
Hay que recordar que Andrés Arauz representa el proyecto de Revolución Ciudadana que encabezó el expresidente Correa fuera de los comicios, pero con un innegable peso político en la actual contienda.
Luego de debates presidenciales la encuestadora Comunizaliza de Ecuador indicó que buena parte de los electores tienen su voto decidido a favor de Arauz, a quien denominan los medios de prensa como la opción correísta.
Andrés Arauz (23,6 %), Guillermo Lasso (11,7) y Yaku Pérez (12,1 %) se mantienen a la cabeza de la encuesta de intención de votos.
Según el diseño y los resultados de la muestra, el voto válido recae mayoritariamente en Arauz con el 37,4 %, dejando a Pérez y Lasso por debajo del 20 % cada uno.
Arauz pidió a la comunidad internacional y a las misiones de observación electoral que ya están en Ecuador que detengan lo que calificó de censura contra sus propuestas políticas, en referencia a la decisión de días pasados de las autoridades electorales de suspender la difusión de cuatro spots en los que aparece el expresidente Correa (2007-2017).
Lo cierto es que en Ecuador está en juego el regreso de fuerzas y visiones progresistas al poder, sobre todo en ese país donde Lenin Moreno apeló a medidas de corte neoliberal y compromisos con entes financieros internacionales que imponen medidas restrictivas a las políticas sociales.
De igual manera, un triunfo del candidato por la coalición Unión por la Esperanza podría hacer regresar a su país al camino de la integración latinoamericana, según la opinión de la asambleísta Esther Cuesta.
El actual mandatario retiró a Ecuador en el 2018 de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y en el 2019 de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Además, Moreno se puso en la primera línea de ataque contra la Revolución bolivariana, impulsadora de esos mecanismos de integración y hoy bajo una guerra “de baja intensidad” propulsada por Estados Unidos con el apoyo de gobiernos que se movieron en la órbita de Donald Trump.
Nosotros vamos a fortalecer todos los mecanismos de integración, la pandemia de la COVID-19 demostró la importancia de estos; por ejemplo, si hubiésemos tenido a Unasur, en ese foro se hubiesen discutido y acordado respuestas conjuntas para salvar la vida de los sudamericanos, estimó la diputada por la Revolución Ciudadana.
