Joven ha de ser quien lo quiera ser, dice una conocida canción, y también lo afirman algunos que sobrepasan los 60 años, quienes demuestran que a esa edad puede vivirse a plenitud. Con poco más del 18 % de sus habitantes viviendo en la tercera edad, Cuba enfrenta los desafíos que impone esta condición, cuya tendencia es creciente.
“El envejecimiento de la población es el aumento en la proporción de personas de edad avanzada con relación al resto, y se produce de forma paulatina. En ello intervienen la fecundidad, la mortalidad y las migraciones, y su acción combinada en el tiempo determina el crecimiento y la estructura por edades, de suma importancia para la planificación económica y social de cualquier país”, explicó el doctor Mario Sánchez Benítez, especialista de I grado en Gerontología y Geriatría.
Varios elementos son indispensables para tener una vejez satisfactoria. “Es fundamental un proyecto de vida, sobre todo en la etapa posjubilación en que se pierde el vínculo laboral y se reducen el círculo de amistades y la red de apoyo; de no existir una motivación que estimule el deseo de vivir esas personas se apagan. Esta se puede encontrar en la contribución a la educación de los nietos, realizar alguna actividad artística, cultivar un jardín o algunas macetas, organizar una peña; en definitiva, sentirse útil”.
El Máster en Longevidad satisfactoria y profesor de la Universidad Médica de Villa Clara recomienda la atención médica periódica, controlar las enfermedades crónicas y los factores de riesgo; desarrollar prácticas que promuevan la salud, como ejercicios físicos, alimentación sana, higiene personal y del entorno.
Aconseja mantener una alimentación moderada: “comer de todo, pero sin excesos, cambiar las grasas de origen animal por las vegetales, así como limitar la ingestión de sal y de carne de cerdo, vacuna y ovina”.
También considera importante caminar entre 40 y 50 minutos tres veces a la semana. “Primero lentamente e ir apresurándose para terminar los últimos 500 metros, mantener el mismo ritmo (igual distancia en igual tiempo) por lo menos cinco días y después incrementarlo poco a poco cada cinco días, tratando de no terminar agotado. Esto ayuda a los músculos y mantiene la irrigación de los órganos”.
Además señala que las manifestaciones artísticas ayudan espiritualmente, relajan y disminuyen el estrés. “Leer un libro, tocar un instrumento, oír música, bailar… El ambiente sano es imprescindible, se debe trabajar por modificar y depurar el entorno involucrándose en el mantenimiento de las áreas verdes, contribuir con la higiene de un parque o educar a las generaciones jóvenes en cómo conservar una comunidad saludable; todo ello tendrá un impacto positivo en la salud y el espíritu”.
Entrega de cariño
El Estado diseña e implementa políticas en función de satisfacer las demandas económicas, sociales y culturales para la promoción y mantenimiento del bienestar de los adultos mayores. El centro especializado de elaboración Vigía, perteneciente al sector del comercio y la gastronomía, en Villa Clara, cumple con estos requerimientos. Atienden a cerca de 150 ancianos, y más que almuerzos y comidas, se les entrega amor y dedicación.
Carlos Benítez, el administrador, lleva en estas funciones cerca de una década y considera que esta labor es la más altruista de las que realizan en la unidad. “El Estado entrega una asignación especial de alimentos para estos comensales, a ellos se les oferta plato fuerte mañana y tarde, granos, pastas y dulces a un precio módico. Los embutidos y croquetas que producen en la entidad se añaden al menú que varía constantemente”, precisó.
Con Carlos coinciden José Antonio, Nereyda y Moreno, tres de los abuelos que reciben esta ayuda. “Admiramos la higiene, la calidad de la elaboración de la comida y el trato. Extraño los chícharos que son divinos, ahora nos están dando frijoles blancos y los colorados quedan buenísimos, para no hablarte de la exquisita natilla de chocolate”, explicó Nereyda. José añadió que “la comida siempre tiene viandas y refrescos. También hacen arroz amarillo que queda muy sabroso”.
En el centro habilitaron un local y un equipo de trabajo para la atención a estos clientes. “Celebramos el día de la mujer, el fin de año y los cumpleaños colectivos; de la Casa de Cultura vienen grupos que amenizan las tardes, jugamos dominó, cantamos”, apuntó Moreno, quien es un gran bailador.
El equipo incluye una pantrista, una cocinera y otras dos empleadas. Yolexis, una de ellas, esclareció: “Estamos al tanto de sus gustos, de las medicinas que toman y de cuanto le sucede a cada uno. Con ellos tenemos una comunicación constante, es mucho más que servirles un almuerzo o una comida”.
Armando Ramírez, subadministrador que atiende esa labor, declaró que tienen un control de asistencia de los comensales, chequean el plan nutricional a partir del menú diario y son frecuentes las visitas de varios organismos del Estado encargados de supervisar la actividad.
En Villa Clara, según datos preliminares del último Censo de Población y Viviendas, el 22.1 % de los habitantes tiene 60 años o más, lo que la ubica como la provincia más envejecida de Cuba. La esperanza de vida al nacer supera los 79 años para uno y otro sexos, y en el caso de las féminas se extiende a 81. Placetas es el municipio más envejecido (23.8 % de personas mayores) y lo siguen Remedios (23.3 %), y Encrucijada y Sagua la Grande con 23.1 y 23 %, respectivamente.
Era de esperar que, como resultado del éxito de las políticas de salud pública de nuestro proyecto revolucionario, así como del desarrollo social y económico alcanzado en los territorios, tales indicadores se comportasen de esa manera. El reto es consolidar estos programas para satisfacer a un segmento poblacional que seguirá en aumento.