A más de 195 mil fallecidos ascendió la cifra de fallecidos en Brasil por la Covid-19 en la primera jornada del nuevo año 2021, contexto en el cual se arribó en el país suramericano a casi 8 millones de infestados, confirmándose como el segundo del continente americano con más casos y el tercero nivel global.
Mientras tanto, el diario brasileño Correiro do Povo ha dado a conocer que el presidente Jair Bolsonaro vetó la restricción de recortes en “gastos relacionados con la lucha contra la pandemia y la pobreza” y “gastos con acciones vinculadas a la producción y disponibilidad de vacunas contra el coronavirus y la inmunización de la población”.
Según el reporte de prensa, el mandatario no solo ha vetado las disposiciones que blindaban los gastos para enfrentar la pandemia, también los destinados al saneamiento, las acciones para combatir a deforestación, los dirigidos a la lucha contra las mujeres, al enfrentamiento climático.
Fiel a sus ideas y acciones desde antes de ser presidente y luego durante los dos primeros años de su mandato, lo que sí no vetó Bolsonaro fueron las disposiciones para el gasto militar, conservando los proyectos prioritarios del Ministerio de Defensa: compras para la caza, desarrollo de un submarino nuclear, adquisición de material militar, implementación del llamado Sistema Integrado de Monitoreo Fronterizo y del Sistema de Defensa Estratégica Astros 2020.
La parte de la Ley de Directrices Presupuestarias (LDO por sus siglas en portugués) que sí fue vetada, buscaba proteger el gasto federal para la adquisición y distribución de vacunas ante un posible bloqueo de gastos derivado del incumplimiento del gobierno con la meta de déficits fiscal establecida, y así no se afectaría lo dispuesto para la situación sanitaria aunque a estas alturas está más claro que nunca que eso no parece importarle al presidente del gigante suramericano.
Su pasión por las armas, su nostalgia por la época de las dictaduras, su afán militarista y su desprecio por la vida están más claros que nunca. No merece Brasil iniciar el nuevo año así, un 2021 en el que las cifras de infestados y fallecidos por la pandemia podría ser incalculable y mientras tanto, su presidente sigue dedicándose a defender el gasto militar.