Cargando...Las calles de Santiago de Chile no parecen tener un minuto de paz, ni siquiera en días en que se acercan las fiestas navideñas; todo lo contrario, parece que este difícil año 2020 concluirá en ese país de la misma forma que el anterior: con una ola de represión y violencia y sin nada que avizore un cambio real en la situación ya demasiado tiempo alargada para ese pueblo.
Según mostró en sus cuentas en redes sociales la corresponsal de Telesur en ese país, Paola Dragnic, este sábado las fuerzas represivas emplearon carros lanza-agua y granadas de gas lacrimógeno contra manifestantes que en la vía pública se mantenían firmes en sus reclamos por la liberación de los presos políticos acusados de desorden publico tras el estallido social de octubre de 2019 y la renuncia del presidente chileno Sebastián Piñera; esto ultimo, una demanda ya permanente.
Al menos 30 de los manifestantes fueron apresado en esta ocasión manifestantes por parte de los Carabineros, las fuerzas policiales tristemente celebres por los niveles de violencia que ha aplicado históricamente en las calles para reprimir al pueblo, provocando muchos heridos, muertos o personas que quedan con discapacidades, como los mas de 340 jóvenes que han perdido al menos uno de los ojos en el último año.
En las ultimas semanas ha tomado cada vez mayor fuerza una campaña nacional conocida como “Libres los queremos”, integrada por agrupaciones de familiares y amigos de las victimas y prisioneros políticos, además de organizaciones sindicales y gremiales que se han unido, extendiendo sus reclamos a temas como los salarios, la asistencia social, el empleo, el rechazo de paquetes neoliberales que solo benefician a unos pocos y endeudan a las mayorías y al país en general.
También han tenido lugar paros nacionales de sectores como el de la salud, apoyado por las Centrales obreras de todo el país para reclamar reformas salariales y mejoras laborales para quienes han estado en la primer línea de combate a la pandemia e igual derecho para técnicos y enfermeros.
Como si fuera poco, el lunes último Piñera aseguró con total tranquilidad que vetará un proyecto de ley que ofrecía un indulto a los llamados “presos del estallido”, lo cual confirma que lamentablemente, lo que muchos avizoraron luego del plebiscito electoral del pasado 25 de octubre como un paso poco esperanzador a corto plazo para resolver la situación del país y aminorar al menos, la oleada violenta del ultimo año, ha quedado solo en eso: un deseo esperanzador.
Bajo esta indumentaria marcial y bélica se esconde el alma de un individuo servil y cobarde solo apto para la labor opresora y criminal contra sus propias hermanas y hermanos que, como ellos, proceden de las clases más humildes de la ciudadanía. Ante un enemigo foráneo son los primeros que voluntaria y golosamente se bajan los pantalones militares, empinan zalameramente el trasero y recibe, con mucho salero, la penetración frívola, pícara, traviesa, casquivana, acrobática y maromera del adonis guapo, gallardo y hermoso.