La necesidad de considerar las asimetrías económicas en las relaciones entre los países de la región fue abordada por el presidente de Nicaragua Daniel Ortega Saavedra, al intervenir este miércoles en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericano y Caribeños que concluirá hoy en La Habana.
El mandatario puso como ejemplo las relaciones de solidaridad y colaboración que rigen los vínculos entre las naciones del Alba y Petrocaribe, únicos organismos de integración que toman en cuenta tales diferencias para un intercambio sobre bases más justas y equitativas.
No podemos esperar a que vengan los países desarrollados a hacer lo que nosotros estamos obligados a hacer, expresó Ortega, al referirse a la importancia de hallar vía endógenas para el desarrollo.
Enfatizó que los países subdesarrollados están sometidos a la tiranía del capitalismo salvaje y a las reglas que tienen establecidas los desarrollados, y llamó a sus homólogos del continente a reunirse, integrarse y trabajar en acciones concretas en dependencia de las capacidades de cada nación.
El presidente centroamericano criticó los tratados de libre comercio con países y grupos de países desarrollados, que no tienen en cuenta las diferencias de los estados más pobres. “Lo primero que tenemos que hacer es practicar entre los países latinoamericanos lo que les demandamos a los países desarrollados, quitando barreras proteccionistas y otras barreras”, sugirió.
Al abordar el problema del narcotráfico y el crimen organizado que afecta a Centroamérica, demandó a los países desarrollados que se comprometieron en noviembre de 2011 en Guatemala a contribuir económicamente con el enfrentamiento a ese flagelo. No pedimos donación ni limosna, sino que inviertan en nuestros países para defenderlos a ellos, para que no llegue la droga allá a destruir a su juventud, apuntó.
Ortega también tuvo palabras de agradecimiento hacia los organizadores de la II Cumbre de la Celac, y a sus líderes que han hecho posible esta cita “en una Cuba socialista, libre, independiente, solidaria, gracias al heroísmo y resistencia de este pueblo que ha sabido lidiar por 55 años contra las múltiples agresiones de los Estados Unidos.
“Nos dan la fuerza para creer que las revoluciones victoriosas son posibles, para tener la convicción de que el socialismo es posible”, enfatizó.
Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, agradeció el apoyo al proceso de paz en Colombia, en particular por parte de Cuba, “porque nos están ayudando y de qué manera”. También hizo mención a Venezuela y a Chile, y al resto de las naciones de la región.
Valoró que han avanzado como nunca antes en las conversaciones con las FARC, al agotar dos puntos de los cinco convenidos con la fuerza guerrillera. “Soy más optimistas que hace un año, porque hay voluntad de ambas partes”, expresó Santos, al sentenciar que el valor supremo para cualquier sociedad es la paz.
“Si seguimos como vamos, ojalá, en la próxima Cumbre en Costa Rica tal vez podamos decir que el conflicto armado en Colombia ha terminado”, pronosticó.