Desde lo alto, a 300 metros del Pico San Juan, la mayor altura del macizo Guamuhaya , el paisaje conmueve. El verde y el azul en lontananza, ese que vislumbró el Che en octubre de 1958, vuelve a ser esperanzador.
No importa desde donde lo mires, pero El Escambray se antoja hoy otra vez hermoso, estremecedor. Lamentablemente bajo nuestros pies comunidades enteras, caseríos y poblados aún están incomunicados por las aguas súbitas de la tormenta tropical con nombre griego: Eta.
Sus habitantes continúan sin poder acceder a la cabecera municipal ni tienen la posibilidad de utilizar otras arterias que pudieran ser un camino expedito. Alrededor de 27 accesos dañados, incluso, de viales importantes del país como son las carreteras de Fomento, Topes de Collantes y Trinidad.
A la entrada a Manicaragua y hacia Santa Clara está regulado el paso por los daños en uno de los aproches del puente Clemente, una abertura de cerca de cuatro metros de profundidad y otros seis de alto, que impide transportar por allí cargas como alimentos, medicamentos y otros bienes.
El puente Quiebra Hacha tiene afectadas obras de fábricas que cierran el paso de las comunidades El Bagá y Luis Río con Mataguá, las afectaciones en la zona del río Jicaya incomunican los poblados Mabugina, Las Canas, Potrero de Guinia y la cooperativa Luis Lara. Aunque con regulaciones, lo sucedido en el paso por el río Prado deja aislado a Seibabo. En Arroyo Seco, Las Cajas así como Minas Bajas hay deterioro de las obras de fábricas. La carretera de Guinia de Miranda a Fomento es la más deteriorada, además del vial Manicaragua – Topes de Collantes. Fomento Jibacoa, Can Can, Pico Blanco, Mayaguara, Petriles, entre otras, también tienen limitados sus accesos. Para emprender toda esta recuperación se necesitan fuerzas constructoras más allá de las que posee Villa Clara.
Son severas las afectaciones en los bordes de las carreteras y caminos, el deslizamiento de tierra es visible, el exceso de agua, aun cuando los ríos van tomando su cauce, mantienen inundado el Valle de Jibacoa y toda la cuenca del Agabama es un océano dulce, ahora varios días después, manso, reposado y turbio.
Porqué Eta en la cuenca del Agabama
Para entender la magnitud de esta problemática es importante conocer que el Río Agabama divide las montañas de Guamuhaya en dos grupos: Alturas de Trinidad y Alturas de Sancti Spíritus. Nace en la Sierra Alta del Agabama, al sureste de la ciudad de Santa Clara. Su cuenca, la cuarta en extensión de Cuba, abarca mil 731 kilómetros cuadrados y el río tiene una longitud de 105 kilómetros desde su nacimiento hasta la desembocadura en la Punta Manatí, al este de la península de Ancón, en Trinidad, donde forma una zona pantanosa.
El Agabama en todo su trayecto recoge las aguas de más de una decena de afluentes, tanto los de la ribera Oeste que pertenecen a Villa Clara, como los de Este que corresponden a Sancti Spíritus, es el límite natural entre estos dos territorios. En medio de este escenario geográfico se encuentra el municipio de Manicaragua, uno de los más extensos del Plan Turquino del país, punto límite entre ambas provincias.
Sobrevolar la recuperación
Desde el helicóptero quienes recogen café son puntos insignificantes, pero son gigantes en medio del fango, canasta al hombro con la encomienda de recoger más de mil latas diarias del grano, saben que ese rubro es para la exportación y su cumplimiento es definitorio. Quienes transportan las mercancías lo hacen en canoas, es casi una versión tropical de Venecia, ellos, sin dudas, son hombres inmensos que se enfrentan a las adversidades. Los que resiembran el tabaco y otras producciones, no sudan, están mojados desde el mismo momento en que llegan al campo.
Así está Villa Clara recuperándose. Y, no solo en Manicaragua. En El Santo, Encrucijada, ya las aguas van drenando, el polo productivo Dolores, en Caibarién, está ordenado.
En las plantaciones de cañas y arroz de la costa norte se aprecia inundación, no obstante, los directivos de ambos sectores aseguran que tienen solución la mayor parte de las afectaciones. Los hombres están dispuestos para cuando el suelo lo permita, aunque realizan acciones con el propósito de ayudar al drenaje natural.
Las presas Santa Clara y Alacranes desde la altura y con el horizonte cerca pudieran confundirse con el mar, por el tope de su llenado, mientras el lago intramontano Hanabanilla, único artificial cubano, sigue impresionante en su paisaje exclusivo, es un reservorio para el líquido potable y también para generar energía durante momentos puntuales en que es imprescindible la estabilización del sistema energético nacional.
Trabajar, trabajar…
Luego de sobrevolar Villa Clara por más de dos horas Yudi Rodríguez Hernández, presidenta del Consejo de Defensa Provincial (CDP) de Villa Clara, y Alberto López, vicepresidente de ese órgano, junto a representantes de la agricultura, el Minaz y recursos hidráulicos, apreciaron la situación compleja de cada uno de los municipios que desde lo alto se visualizaron.
La también secretaria del partido de la provincia, precisó que se impone trabajar con intensidad y de manera coherente para recuperarnos y seguir desarrollando la estrategia económica y social en medio de la contingencia sanitaria de la COVID-19.
“Nada nos puede detener, hay que participar en esta etapa recuperativa, actuar con responsabilidad, es decisivo responder a las prioridades indicadas por la dirección del país como el acopio de leche, la recuperación del arroz, sembrar cultivos de ciclo corto, y restablecer los caminos… A los villaclareños nos corresponde crecernos y vencer”, concluyó.