Emoción, estrés, pero sobretodo disciplina y mucha preparación son algunas de las experiencias del General de Brigada, Arnaldo Tamayo, primer cosmonauta cubano, quien las recuerda este jueves con motivo del aniversario 40 de su viaje al espacio.
«40 años, un aniversario que continuamos celebrando. Son los resultados de ese vuelo, de la ciencia cubana en la preparación de los experimentos, el triunfo de un programa que creó el socialismo y el cual marca la historia de las relaciones de colaboración entre Cuba y Rusia», expresó este jueves Tamayo durante una entrevista divulgada por la revista Juventud Técnica.
La misión conjunta entre Cuba y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas despegó desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, el 18 de septiembre de 1980, con los tripulantes Arnaldo Tamayo y Yuri Romanenko.
«Hay momentos de mucho estrés, tanto en el despegue, en el vuelo, como en el aterrizaje; pero la preparación psicológica te da la posibilidad de vencer cualquier miedo, duda o sentimiento de inseguridad», asegura el piloto cubano, primero de este país y de Latinoamérica en viajar al espacio.
En marzo de 1978, comenzaron a prepararse en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Gagarin, en Moscú.
Nos preparamos para todo, excepto para enfrentar la situación de la falta de gravedad en el organismo humano, pues el espacio constituye un medio hostil.
En esas condiciones de gravedad cero, tuvimos cambios en el sistema cardiovascular, inapetencia, insomnio y náuseas, lo cual es parte del proceso normal de adaptación.
Durante los tres primeros días del vuelo, perdí alrededor de un 40 por ciento de la capacidad intelectual, explica Tamayo; pero luego tuve una mejoría total y me sentía como en la tierra.
Al regreso hay otro proceso de readaptación, pues en casi ocho días de vuelo el organismo se adapta a la falta de gravedad, agrega.
En el complejo orbital Saliut 6 se reunieron con la tripulación residente, conformada por otros dos cosmonautas soviéticos, con los cuales realizaron una serie de experimentos antes de regresar a tierra el 26 de septiembre.
Según detalló Tamayo realizaron por primera vez en el espacio un electroencefalograma y hubo un experimento para minimizar las influencias de la gravedad en las extremidades inferiores.
Estos son algunos de los 21 trabajos que desarrollaron en temáticas médico-biológicas, de teledetección de los recursos naturales de la tierra, físico-técnico y relacionados con el comportamiento psicológico de la tripulación.
Para Arnaldo Tamayo fue una gran satisfacción observar fenómenos naturales como el amanecer, el atardecer y apreciar los continentes; además de ver a Cuba en toda su dimensión.
«Atravesamos la isla el 19 de septiembre, sobre las siete de la mañana. Fue poco el tiempo para observarla, solo segundos, pero había pocas nubes, lo que nos permitió verla bien. Fue un momento muy emocionante, de gran alegría», expresó.