Con frescura y rigor ejemplares

«Soy profesor, pero, sobre todo, soy un escritor de literatura». Confesión de Julio Travieso Serrano en el artículo que, bajo el sugerente título «De estudiantes, sobrevivientes, y escrivivientes», publica, en noviembre del año 2015, en la revista digital Escrivivientes.

Texto en que también afirma que «lo que sí puedo decir es que en ambas actividades trato de que mi auditorio, real (como profesor) o virtual (como escritor) busque preguntas, reflexione y encuentre sus propias respuestas a los temas que le he presentado».

Sobre tal presupuesto se sustenta, indudablemente, el libro titulado El verdugo y su conciencia (Editorial Capiro, Colección Margen Apasionado, Santa Clara, 2018, 284 pp), en que Julio Travieso Serrano se decide a presentar al lector, por vez primera, una selección de sus prosas reflexivas.

Casi medio centenar de textos, agrupados en dos secciones, se recopilan en esta entrega, que permite conocer el amplio universo temático –dedicado esencialmente a la creación literaria— que, a lo largo del tiempo, ha preocupado –y ocupado— al autor.

En la primera parte del libro, Travieso Serrano incluye 36 artículos, ordenados cronológicamente y aparecidos, entre los años 1993 y 2015, en publicaciones periódicas y digitales casi en su totalidad mexicanas, en que analiza, por ejemplo, la obra de Paul Verlaine, Eliseo Diego y Carlos Fuentes.

El presente y el futuro del libro literario es uno de los asuntos abordados en estas páginas, como lo evidencia «Las polillas avanzan», artículo aparecido en el semanario mexicano Athenea, el 5 de febrero de 1994, en que comenta:

Los informes estadísticos muestran un vertiginoso descenso en la venta de libros, en especial de literatura. No es necesario leer las estadísticas. Basta acudir a las librerías. Estas, parecidas a desiertos páramos, se están convirtiendo en verdaderos museos donde se almacenan cientos y cientos de objetos llamados libros literarios. Triste, muy triste. Por ese  camino, pronto tendremos una generación de polillas, grandes, vigorosas, henchidas de palabras. Polillas orgullosas que, de tantas palabras tragadas, aspirarán a sillones en la academia francesa.

(…)

(…) el futuro del libro literario no es nada halagüeño. ¿Se podrá remontar esta difícil situación? Por el momento, dejamos abierta esa pregunta pues sería conveniente tratarla con más calma y espacio, oyendo, incluso, la opinión de otros creadores.

Prólogos a obras de Mijail Bulgákov, Thomas de Quincey, Alejo Carpentier e Iván Turguénev, fechados desde el año 2005 hasta el 2014, aparecidos por sellos editoriales mexicanos y cubanos, se reproducen en la segunda sección de El verdugo y su conciencia.

Narrador, traductor, periodista, profesor, Julio Travieso Serrano (La Habana, 1940) ha publicado una amplia y reconocida obra –fundamentalmente en los géneros de cuento y novela—, de imprescindible referencia en el ámbito de las letras cubanas de entre siglos.

Es autor, entre otros títulos, del cuaderno de cuentos Días de guerra y de la novela El polvo y el oro, Premio Mazatlán de Literatura de México, Premio de la Crítica Literaria,  Premio Razón de Ser de la Fundación Alejo Carpentier y finalista del Premio de Novela Rómulo Gallegos de Venezuela.

En su bibliografía aparecen otros libros –como el testimonio Un nuevo día, la narración para adolescentes El libro de Pegaso y el relato El cuaderno de los disparates, también galardonado con el Premio de la Crítica Literaria—, que demuestran su interés en cultivar otros géneros literarios.

Al presentar El verdugo y su conciencia, Xavier Carbonell, quien tuvo a su cargo la edición del volumen, se refiere «a esta suma de textos de una frescura y un rigor ejemplares, que complementan el quehacer escritural de uno de nuestros intelectuales más notables».

Comprobemos la validez de tal afirmación, a través de estas páginas en que Julio Travieso Serrano, desde el rigor, la inteligencia y el oficio, invita a sus lectores a que lo acompañen en el empeño –riesgoso, aunque siempre enriquecedor— de indagar, cuestionar, analizar, reflexionar…