Con la reinauguración de su principal heladería, totalmente remozada, la occidental provincia de Matanzas se regaló un bello Coppelia, ahora con más confort y ganancia en capacidad, ventaja que le permite atender un mayor número de clientes.
En estas primeras horas de funcionamiento gran aceptación ha generado entre el público la novedosa área creada especialmente para facilitar el rápido acceso al recinto de personas con discapacidad, en estado de gestación o ancianos.
Habilitada con 10 mesas, para 40 comensales, “el propósito es ofrecer una atención diferenciada, un trato amable a quienes salen de sus casas para disfrutar de este sitio”, aseguró Leony Castellón Reyes, segundo al mando de la unidad gastronómica,
“La incorporación de una zona techada para proteger del sol y la lluvia a los consumidores y la inclusión de puertas de salida, ayudan al flujo de los visitantes”, señaló el directivo, muy satisfecho también con la instalación de dos neveras para almacenar el helado, lo que redunda en su conservación y calidad.
Ana Santos Laffite, dependienta del nuevo espacio, expresó a Trabajadores la alegría de consumidores y empleados por un establecimiento que ahora sí se parece a lo soñado por los matanceros, “un centro bonito que todos debemos cuidar”, solicitó.
A cargo de la cooperativa no agropecuaria Cabildo, el proceso inversionista de la heladería Coppelia comenzó en noviembre del año pasado y se extendió hasta julio, mes en que las autoridades la pusieron en manos de un pueblo que abarrotó la unidad el día de la reinauguración, ávido por disfrutar de un alimento ideal para este implacable verano.