Trabajo duro y agotador. Algunos lo observan con cierto desprecio; pero es tan útil y necesario como muchos otros. Ellos embellecen las áreas verdes de la ciudad, al mismo tiempo que la higienizan.
Entre estos ineludibles hombres encontramos a los integrantes de la brigada de chapea, de Comunales, en la Zona número 7 del Consejo Armada, en el municipio Cerro.
Cada mañana, sus siete integrantes se dirigen a su labor. Cuando indagué por su jefe, me respondieron que todos eran jefes, pues se sienten responsables de su imprescindible quehacer. Allí encontramos a Leonardo Estrada, jefe del grupo, quien portaba una pesada máquina de chapear; cerca, con machete en mano, estaba Yunier Cuadra, técnico de higienización. También estaba Alberto Ordaz, jefe de la zona siete del consejo Armada, quien junto a todos compartía igual trabajo.
Según ellos, lo que más anhelan es tener una nueva chapeadora, limas y guantes tan necesarios para el equipo. A pesar de las carencias encaran sus labores con entusiasmo, conscientes de que cuando mejoren los recursos, la labor mejorará en eficiencia y calidad.
Añoran que se reanimen de nuevo los trabajos voluntarios de antaño para que las áreas se mantengan mejor. A esa idea se unió Luis Rodríguez, de 80 años de edad y vecino de la avenida Independencia, No. 1903, apartamento 13, quien colaboraba con los presentes.
Es la hora de que sean muchos los que se sumen a esta tarea, para ganarle el espacio a la hierba, mucho más ahora que las lluvias arrecian en el verano. Hombres como éstos son imprescindibles a la capital, ayudan a que la ciudad mantenga el brillo y la salud de sus 500 años de fundada.
Realmente con las nuevas leyes la ciudad se ve mucho más limpia y se eliminaron en su gran mayoría los tiraderos. Lamentablemente muchas veces falla la responsabilidad ciudadana y el no cuidar lo logrado.