En condición de grupos o subpoblación vulnerable y no exentos de los factores de riesgo ampliamente reconocidos para la Covid-19, como las enfermedades cardiovasculares, hipertensión u otras patologías respiratorias, 105 pacientes viven el aislamiento social en el Hospital Psiquiátrico Luis Ramírez López, de Guantánamo.
Para los especialistas y profesionales encargados de su rehabilitación garantizar ese estado en medio de estos días supone mucho más que jornadas completas de compromiso y dedicación.
Así lo asume la directora del centro y especialista en Psiquiatría, Daulema Heredia Barroso, quien explicó para Trabajadores que unido a la asistencia a personas con síntomas derivados del distanciamiento social, la cuarentena o el aislamiento, el personal se replantea nuevas acciones y charlas en sustitución de habituales actividades de tratamiento, suspendidas hoy por requerir un mayor acercamiento y contacto físico entre los enfermos.
Unos 260 trabajadores, de ellos 12, adscritos al trabajo a distancia dado el carácter no imprescindible de sus funciones en recursos humanos, contabilidad, transporte y energía, se afanan para que el único centro destinado a la salud mental en la provincia sea mucho más que el entorno ambulatorio para quienes lo necesitan. De ahí que una de las tareas más difíciles, al decir de Heredia Barroso, esté en el trabajo con la familia.
Nos preocupa que muchos de los pacientes que ya se recuperan, cuando son trasladados hasta sus hogares no resultan aceptados por los propios familiares. Nos ha tocado entonces —como institución sanitaria— brindar seguimiento y terapia a las familias para enseñarles a tratar con un paciente ya recuperado, cuya enfermedad evoluciona o pudiera ir en detrimento.
Es necesario que se comprenda que más que medicamentos, en muchos casos ellos necesitan apoyo y en medio de la sensación de ansiedad, miedo o preocupación comunes que la epidemia infecciosa genera en el campo de la salud mental, eso es vital. Nos ha tocado acoger en el hospital a varias de estas personas, luego de ser rechazadas por hermanos, tíos o sobrinos, no así con padres o madres, quienes manifiestan un vínculo más sentimental.
En ese contexto, unos 29 pacientes conviven seguros dentro del hospital, en lo que se conoce como el área de Crónicos, los cuales no tienen familias o presentan situaciones particulares. Entre ellos, algunos recuperados y otros en tratamiento de patologías como esquizofrenia paranoide, trastorno afectivo bipolar, retraso mental descompensado, trastornos de la personalidad o alcoholismo.
Es importante que un enfermo mental no esté solo. Esa soledad pudiera precipitar los síntomas psiquiátricos e incluso, agravarlos. Además de que en su condición de enajenación psíquica no está indicado que usen nasobuco, pues pudiera servirles para atentar contra sí mismos, insiste la también especialista en Medicina General e Integral.
Mientras, como medida de protección ante la propagación y el contagio con el nuevo coronavirus, se mantiene restringido el movimiento de pacientes, las visitas de familiares y personas ajenas. Asimismo, conserva sus funciones el grupo de trabajo para la vigilancia y protección ante cualquier brote gripal al interior del centro.
Ya hemos tenido que usar la sala de aislamiento para pacientes que disponemos aquí en el hospital. Por suerte solo fue una gripe y pudimos contener su propagación.
La doctora concluyó que se preservan las condiciones de higiene, ventilación de salas y los predios del lugar donde es preciso ante todo, defender un derecho elemental a la vida.
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