Más de 100.000 sudafricanos se inclinaron ante los restos mortales de Nelson Mandela, expuestos en Pretoria desde el miércoles hasta hoy viernes, y algunos impacientes incluso forzaron hoy las barreras policiales para ver a su héroe, antes de que sea sepultado el próximo domingo.
En vísperas de la partida del gran hombre hacia Qunu (sur), el pueblo de su infancia, miles de personas anónimas afluyeron hacia la capital, formando desde el amanecer filas de espera de varios kilómetros.
Pese a la cadencia acelerada de la visita, se hizo rápidamente evidente que una gran parte no lograría saludar al héroe de la lucha contra el apartheid, en su ataúd semiabierto.
En la tarde la multitud de personas forzó el acceso cuando la policía anunció que no podrían entrar en la sala en la que se encontraba el féretro del primer presidente negro de Sudáfrica.
El grupo corrió hacia el anfiteatro de Union Buildings, la sede del Gobierno sudafricano, en la que el cuerpo de Mandela era velado desde el miércoles.
Al caer la noche, el cuerpo fue trasladado, como estaba previsto, al hospital militar de Pretoria. El sábado debe ser trasladado a Qunu.
EL HISTÓRICO ENTIERRO
El domingo por la mañana, el país se paralizará cuando se celebren las ceremonias del entierro de Mandela en Qunu (sur), el pueblo de su infancia, primero en presencia de personalidades y después en la más estricta intimidad.
La primera parte del oficio se desarrollará ante unas 5.000 personas, entre las que habrá mandatarios extranjeros, y será retransmitida por televisión.
A continuación, se celebrará el entierro que estará “reservado estrictamente a la familia”, explicó Phumla Williams, una portavoz del gobierno.
“La familia desea que el entierro sea un asunto familiar, no quiere que se televise, no quiere que la gente vea el entierro” al que acudirán la familia y unas pocas personalidades.
Los ritos tradicionales de la etnia Xhosa, incluyendo el sacrificio de un buey, protagonizarán el entierro de Mandela, en el que intervendrán alrededor de la tumba los ancianos del clan Thembu, al que pertenece el primer presidente negro de Sudáfrica.
Desde hace una semana, numerosas personas trabajan en este pequeño pueblo para garantizar el buen desarrollo de la ceremonia en la propiedad de Nelson Mandela, quien mandó construir una casa en Qunu cuando fue liberado en 1990 tras 27 años en las prisiones del régimen racista.
Los restos de Mandela serán trasladados por avión el sábado desde Pretoria hasta la provincia del Cabo Oriental. Si el tiempo lo permite, el aparato aterrizará en el pequeño aeropuerto de Mthatha y se realizará una procesión hasta Qunu.
(Con información de Agencias)