La verdad de Cuba en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue trinchera de ideas en aquellos históricos días de abril de 1961. La voz de la primera Revolución Socialista en América Latina denunciaba el preludio de una invasión mercenaria organizada por el gobierno de los Estados Unidos.
El 15 de abril se produjo el bombardeo a tres aeropuertos cubanos: Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba. Los aparatos enemigos llevaban falsas insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria. Tenían el propósito de destruir los escasos y vetustos aviones situados en esos lugares.
Pocas horas después, el canciller cubano Raúl Roa García desenmascaró ante el magno foro mundial los planes del imperialismo y rechazó las falacias con las cuales se pretendía hacerle creer a la opinión pública internacional que los sucesos acaecidos eran una sublevación de pilotos contra el régimen en la Isla.
Comenzaba una batalla en el terreno diplomático. En la agenda de la sesión de la mañana ocupaba espacio el tema La situación en la República del Congo. El representante de Cuba solicitó la palabra y denunció el ataque por aviones B-26 provenientes de bases en territorio estadounidense y de países centroamericanos lacayos de Washington.
“La Delegación de Cuba acusa…” , continuó expresando Roa cuando fue interrumpido por el presidente de la Asamblea al señalarle que esa intervención no era una cuestión de orden sino “un punto de fondo”.
El ministro cubano reiteró que no podía retirarse de la tribuna sin antes acusar “al Gobierno imperialista de los Estados Unidos de ser el máximo responsable de este brutal atentado a la integridad territorial, independencia y soberanía de Cuba, que pone en gravísimo riesgo la paz y la seguridad internacionales…”
Una nueva interrupción se produjo a la cual Roa ipso facto respondió enérgico: “Ya lo he dicho y me retiro”
En horas de la tarde, de ese mismo día, fue retomada la denuncia en la que sentenció que “es, sin dudas, el,prólogo de la invasión en gran escala, urdida,organizada, avituallada, armada y financiada por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, con la complicidad de las dictaduras satélites del hemisferio occidental y el concurso de cubanos traidores y mercenarios de toda laya…”
El Gobierno Revolucionario de Cuba -enfatizó- acusa solemnemente al gobierno de Estados Unidos de “haber recurrido al uso de la fuerza para dirimir sus diferencias con un Estado Miembros de la Organización ”.
Adlai Stevenson, embajador norteamericano ante la ONU , esgrimió réplicas para desacreditar la verdad de Cuba. Roa volvió “a la carga”. Aclaró que las declaraciones del presidente de los Estados Unidos, asegurando la no intervención de las fuerzas armadas de su país en los asuntos internos de Cuba, “no ofrecen garantía de ninguna clase”.
Categóricas fueron las palabras del representante soviético, Vladimir F, Zorin. “No hay que olvidar (…) que Cuba no está sola”; que cuenta con numerosos amigos sinceros que están dispuestos a darle cualquier asistencia . Entre ellos se puede contar a la Unión Soviética.”
En otro momento también dijo: “Los Estados Unidos no tienen derecho a ayudar a los elementos subversivos cubanos que se encuentran en Miami o en otros países de América Latina, que se preparan para atacar a Cuba”.
Otras delegaciones, entre ellas la de México, Iraq y de naciones africanas, también patentizaron su solidaridad con la Revolución Cubana y condenaron la agresión mercenaria derrotada en las arenas de Playa Girón , en aquellos días de abril de 1961.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.