«Me quedan un montón de cosas por darle a mi país»

«Me quedan un montón de cosas por darle a mi país»

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Candidata a delegada como él, la secretaria del Buró Sindical se mostró muy alegre con la elección de Finalé. Foto: Noryis
Candidata a delegada como él, la secretaria del Buró Sindical se mostró muy alegre con la elección de Finalé. Foto: Noryis

Carlos Santos Finalé Aldecoa tiene el ímpetu de un joven, la voluntad de un atleta y una clara visión revolucionaria. “Siempre he sido así”, dice, y se pone rojo como su pelo, y los ojos le brillan de la emoción y no es para menos.

Este hombre acaba de ser elegido el delegado directo que representará en las sesiones finales del XX Congreso de la CTC a los mil 600 trabajadores de la Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo Centro (EPEPC), en la provincia de Matanzas.

Lo curioso es que llegará a la magna cita con 70 años, una edad en la que una imagina debiera estar retirado o camino a ello. “¿Quién le dijo eso usted?, yo nunca me voy a retirar, me quedan un montón de cosas por darle a mi país”, y hay que creerle a uno de los cubanos que a principios de la Revolución subió cinco veces el Pico Turquino y fue de los primeros contadores agrícolas formados después de 1959.

“Llevo 55 años vinculado a la actividad económica y si me dan la palabra en el Congreso, porque aunque queramos no podremos hablar todos, sonríe, transmitiré lo hecho por nuestro sindicato en la incorporación de los trabajadores en la mejoría de la eficiencia y eficacia de la economía a partir de una planificación verdadera.

“Hemos creado un movimiento que maneja los presupuestos por área, incluye desde la máxima estructura empresarial hasta la base, con el criterio de que cada obrero conozca las normas de consumo, cuánto representa para él cuidar  y usar de manera racional los recursos, y cada indicador que lo convierte en responsable del pedacito que le toca. Ahí, en ese lugar, él es su propio administrador.

“Los saldos de esta experiencia nos han reiterado que en manos del trabajador, como la pieza principal, radica la clave para la efectiva materialización de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

“Nosotros, por ejemplo, forjamos un movimiento innovador que en  estos años supera las 900 mil innovaciones, equivalente a más de 18 millones de pesos. Cuando se analizan estas respuestas se entiende la gran pujanza de la ANIR, la magnitud de ahorrarle al país costosas inversiones y de impedir la paralización de equipos, maquinarias, del proceso productivo en un  sector tan estratégico como el petrolero.

“Ahora mismo en nuestros talleres se crean condiciones para calibrar  válvulas de alta presión y otros servicios recibidos antes en la lejana provincia de Santiago de Cuba, aporte que aumentará la productividad, los ingresos y tributará a reducir erogaciones.

“Hace poco unos operadores nos sorprendieron al proponer que para alcanzar de 0,5 a una tonelada de petróleo, el promedio de 15 pozos de muy baja productividad,  bastaba con que los equipos de bombeo accionaran solo la mitad de la jornada laboral.

“Así protegemos los equipos, evitamos el pago de miles pesos por corriente no utilizada. Mire usted de lo que la gente es capaz, solo debe sentirse estimulada… Y le puedo decir más, pero quiero dejar algo para el Congreso”, dice Finalé y vuelve a reírse.

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