Cargando...La Asociación Americana de Juristas (AAJ) hace un llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe a que actúen con el máximo respeto de los derechos humanos para que la propagación del coronavirus no se convierta en un arma para incrementar las desigualdades económicas-sociales en el área.
Vanessa Ramos, presidenta de la institución continental, aclaró que la propagación del virus COVID-19, declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud, tampoco debe ser un pretexto para desarrollar procesos de militarización y el neocolonialismo.
Ramos apuntó que los estados de América Latina y el Caribe deben programar medidas preventivas para proteger a las poblaciones más vulnerables, debido a la fragilidad económica y social de los que viven en comunidades superpobladas.
La presidenta de la Asociación Americana de Juristas enumeró como los más necesitados de servicios de salud a los pueblos originarios, los niños, ancianos, las personas sin hogar, los penitenciarios, desempleados y trabajadores con contratos precarios.
Y añadió, no se puede prescindir del Estado para proporcionar alimentos del primera necesidad a esa población, así como medidas de saneamiento, sin imponer otras cargas, recolectar basura y barrer calles, limpiar ríos, arroyos, cuencas hidrográficas, la distribución correcta del agua potable, jabones, detergentes, productos de limpieza y antisépticos.
La AAJ señala en la declaración que en el campo de la salud los gobiernos deben invertir todo lo necesario para asistir a las personas afectadas: medicamentos, incremento del número de camas de hospitales, adquisición de respiradores, y mitigar la sobre-exigencia del personal médico y de enfermería, contratando y capacitando a las personas necesarias para hacer frente a la urgencia.
Finalmente, esa Organización No Gubernamental con estatuto consultivo ante el ECOSOC y representación permanente ante la ONU de Nueva York y Ginebra, reitera que no se puede permitir que los males de la pandemia acreciente los ya generados por el sistema económico depredador, y sean aprovechados por los intereses dominantes para recrudecer la militarización, el neocolonialismo, y la concentración de recursos en su favor, con nuevas violaciones a los derechos humanos.
