Las producciones de la Industria Nacional de Utensilios Domésticos (INPUD) Primero de Mayo, de Villa Clara, superaron la prueba del tiempo. Puede ser una cafetera, una cocina de cualquiera de sus variados tipos, el ventilador Trópico, que también fue de diversos diseños, las ollas convencionales, recientemente las eléctricas o los refrigeradores.
Todos los surtidos de esta empresa se caracterizan por la calidad probada, sin duda en las casas cubanas, no obstante los cambios del mercado contemporáneo, se cuenta con alguno de esos equipos.
En 1964 la INPUD surge para potenciar la industria nacional, desde ese entonces, aunque en aquel momento el concepto no estaba de moda, ya sustituía importaciones, misión que aún perdura con el propósito de cumplir uno de los preceptos fundamentales del perfeccionamiento del modelo de desarrollo socialista de la empresa estatal del país, y estudian algunos renglones que pueden insertarse en el mercado foráneo.
Recuperar sus líneas tradicionales ha sido el mayor reto de esta empresa en las actuales circunstancias. Oxigenar tres de las principales plantas: cocinas, refrigeradores y ventiladores, constituyó el mayor desafío.
Los refrigeradores
Hoy se emprende la sustitución de diferentes equipamientos de la línea tradicional, incluye elementos para la inyección del aislante del refrigerador y elaborar la junta en esta fábrica cubana. Dicha inversión aportará mejoras tecnológicas considerables, podrá duplicarse la producción y proporcionará mayor estética. Al instalarse la máquina creadora de juntas solo se importará la materia prima, de manera que podrá planificarse de forma más eficiente y al tamaño adecuado esta parte del refrigerador.
William Fernández, uno de los jóvenes que labora en la introducción de la maquinaria, aseguró que todo va saliendo a pedir de boca. “Por muchas razones hace falta que pase el coronavirus, para nosotros, además de la salud, es importante para poner en marcha la línea, porque esta una colaboración con China y necesitamos el asesoramiento del personal de ese país. La INPUD es una escuela, se aprende el proceso de manera integral, forma al personal en un oficio que solo lo puedes aprender aquí, y esta inversión es de primer mundo y nos hace crecer”, manifestó convencido.
Los ventiladores
“Dormida estaba esta línea, teníamos asfixia, duró alrededor de dos años, con la puesta en marcha llega el buen aire”, así se expresó Odalys Abreu, obrera que por más de dos décadas ha laborado en la INPUD, mientras revisaba cada parte y la calidad del primer ventilador que llegó a sus manos, luego de reiniciado este renglón.
Con la producción de ventiladores se recupera un surtido que distinguió a la entidad, por competitivo y variado, pues se elaboraban ventiladores de pie, mesa, pared, y de diferentes tamaños. “Al reincorporarlo se gana en confianza, muchos trabajadores vuelven a tener empleo, además todas las partes del ventilador, plásticas y algunas electrónicas, se confeccionan aquí”, explicó Danay García, jefa de brigada.
Las cocinas
Mario Calzado dice haber logrado el sueño que creyó no realizaría antes de jubilarse: ver de nuevo encender la llama de la INPUD. Tiene 45 años como trabajador, este ha sido su único centro de labor.
Recuerda con orgullo cuando se inauguró la primera línea de cocinas de gas: esos emblemáticos fogones de cuatro y dos hornillas, y hasta con hornos. “Me jubilo feliz y en la misma función con la que me inicié, veo cumplido mi deseo. Esta llamita azulita es una belleza, eso es calidad, seguridad, es todo para dar buena sazón a la comida, la INPUD lo sabe hacer”, afirmó.
Diariamente la línea de cocinas de gas, recuperada desde hace varios meses, logra realizar, con nuevos modelos de dos y una hornilla, entre 500 y 600 unidades.
Otras producciones
Con la recortería y la reutilización de los inventarios ociosos o de lento movimiento de sus almacenes han confeccionados armazones de catres para los niños en los círculos infantiles, colgadores, ordenadores con usos múltiples, rejillas sanitarias, espátulas, chicharreras, recogedores, cestos, cucharas para albañilería, entre otros. Estos son artículos alternativos logrados a partir de la inventiva de los trabajadores.
La INPUD, junto a planta mecánica Fabric Aguilar Noriega, la fábrica de bujías de encendido Neftalí Martínez y la de bicicletas Heriberto Mederos, las dos primeras en Santa Clara y las otras en Sagua la Grande y Caibarién, respectivamente, dieron comienzo al complejo proceso del desarrollo fabril sideromecánico en Cuba que impulsara el Che.
Muy buena noticia, pero haria falta saber a que mercado va estar orientadas estas producciones (CUC o MLC) y si con ellas se llegará a satisfacer la demanda nacional.
Excelente.
Muy buena noticia. Como dijera nuestro eterno fidel Seguiremos avanzando en marcha indetenible….