Cargando...Para el presidente de Estados Unidos Donald Trump y su fiel aliado, el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, vale la paráfrasis de que “están destinados a plagar de miserias a Palestina y demás países del Medio Oriente”.
Desde la Casa Blanca — y como si presentara al mundo un verdadero plan de paz, equidad y justicia— el mandatario yanqui, acompañado por el líder sionista, anunció la implementación de un engendro concebido por ambos: el Acuerdo del Siglo, que eufemísticamente describen como destinado a resolver el conflicto israelo-palestino.
En realidad es un plan para desmembrar Palestina, despojarla de sus territorios ancestrales, ampliar la colonización judía, anexarse el Valle del Jordán y convertir a la nación árabe en un Estado liliputiense, desmilitarizado y fallido.
Todo ello significa impedir el retorno de sus 5 millones de refugiados y una flagrante negación al inalienable derecho del pueblo palestino a tener un Estado independiente y soberano con las fronteras acordadas el 4 de junio de 1967 luego de la denominada Guerra de los Seis Días.
La idea ni siquiera es original, ya el presidente George W. Bush había avanzado durante su Administración en una propuesta que llamó el Oriente Medio Ampliado, con vistas a homogenizar toda la región bajo el sistema neoliberal y trasculturizarla a imagen y semejanza del mundo occidental.
Para el pueblo y los dirigentes palestinos sl Acuerdo del Siglo, y sus detalles, son insólitos, inaceptables y humillantes. Tal como ha declarado la Autoridad Nacional Palestina (ANP) solo acarrearán, mayor represión, asesinatos, violentos desalojos, destrucción de viviendas de sus habitantes, enfrentamientos armados y una escalada de las tensiones en la ya convulsa región mesoriental.
En su contenido se confirma el reconocimiento de Estados Unidos a Jerusalén como capital de Israel, lo cual injuria al derecho internacional y al estatus de la Ciudad Santa. Como paliativo, Trump prometió abrir una embajada norteamericana en Jerusalén Oriental, reclamada por los palestinos como su capital.
Aunque La Liga de Estados árabes, integrada por 54 países; el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres; y numerosas organizaciones internacionales han expresado su rechazo; el Consejo de Seguridad de la ONU no he emitido ninguna resolución vinculante que logre frenar la voracidad expansionista de Washington y Tel Aviv sobre el territorio palestino.
Esta postura pasiva se ha mantenido por más de 70 años, desde la arbitraria partición de Palestina por la Asamblea Nacional de la ONU, mediante la Resolución 181 de 1948. Igual tiempo lleva la heroica resistencia del pueblo árabe frente al ocupante israelí.
El abyecto Acuerdo del Siglo es una renovada declaración de guerra, de limpieza étnica y exterminio que potenciará entre los palestinos su decisión de luchar hasta conquistar el derecho a la libertad y a la vida.
