Todos o nadie

Todos o nadie

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Foto: Rafael Hojas Martínez
Foto: Rafael Hojas Martínez

Por Ana Margarita González y Rafael Hojas Martínez

La presentación sorprendió al auditorio.  Una norteamericana condenada a  40 años de prisión, que recibió el indulto  del presidente William Clinton al cabo  de 16 años de encierro, estaba en el IX Coloquio  Internacional por la Liberación de los Cinco y  contra el Terrorismo, desarrollado en Holguín, la  pasada semana.

Linda Evans avanzó rápidamente hasta el  podio al ritmo de un cerrado aplauso, pero no encontró  palabras; mientras, otros asistentes explicaron  que la fuerza de la solidaridad caló en el  presidente estadounidense, quien el último día de  su mandato —20 de enero del 2001— liberó  a algunos de los miles de condenados por  los tribunales de su país, cuyos expedientes  habían sido revisados.

Después de aquellas palabras,  Linda levantó los brazos y regresó a  su asiento; desde ese momento cesó  su anonimato: algunos quisimos  entrevistarla, otros mirarle a los  ojos, muchos simplemente darle un  abrazo a la mujer que había recibido  la condena más alta por los cargos de  conspiración en la historia de EE.UU.

“Siento tanto amor por Cuba”

Desde que estaba en prisión escuchó sobre el  caso de los Cinco, mas no podía hacer nada. “En  las cárceles no tenemos libertad para organizarnos,  para formar grupos que hagan un trabajo que  trascienda; solo pudimos avanzar un poquito en la  educación de las mujeres respecto al sida y otros  problemas de salud, pero el jefe nos detuvo porque  allí no permiten ni a tres personas estar juntas.

“Luego de mi excarcelación organizamos  la campaña Todos o Nadie, que moviliza a la  gente en aras de lograr la libertad de los que  dentro o fuera de mi país cumplen injustas  condenas. Nos proponemos involucrar a más  personas para hacer una revolución en los Estados  Unidos y crecer en el movimiento por los  derechos humanos y la paz.

“El éxito que hemos tenido me inspira. Uno  de los mayores es haber logrado que quitaran de  las planillas de solicitud de empleo un cuadrito  donde se debe marcar si usted ha sido condenado  a prisión. Ahora hay 10 estados y más de 50 ciudades  y condados donde se eliminó esa exigencia  por razón de nuestra campaña.

“La situación de los trabajadores aquí es muy  diferente a la que se vive en EE.UU. En Cuba no  hay discriminación, y si alguien regresa a la comunidad  después de cumplir una condena tiene  la posibilidad de restablecerse como ciudadano  productivo. Allá hay muchos presos, una de cada  cuatro personas tiene un record criminal debido  a tantos actos que son delitos; arrestan a los jóvenes,  y después no tienen oportunidades.

“Una semana en Cuba me ha permitido comprobar  los valores de este pueblo, intercambiar con  la gente, con la cultura de ustedes. He estado con  los niños en las escuelas, en las áreas de salud y hay  un contraste muy grande con EE.UU. Allá los niños  aprenden solamente para un examen, no están  educados en cómo pensar críticamente, por eso me  preocupa el futuro de mi país si los más jóvenes no  tienen un sueño; solo ves violencia, drogas, discriminación.  Tengo esperanzas, pero hay tantos obstáculos  con el sistema de gobierno, con el capitalismo.

“Yo tenía el sueño de venir a Cuba, de apoyar  a la Revolución y a su pueblo porque tengo  tanto amor para darles. Estoy encantada de  estar aquí y es un privilegio intercambiar con  personas de más de 50 países que en un pedazo  de esta geografía demuestran la voluntad de  luchar por el regreso de los Cinco”.

Es posible elegir  

“Soy, y lo era desde joven, una revolucionaria antimperialista,  por eso me uno a la gente que en  el mundo lucha por la libertad. Estuve condenada  por actos armados en contra del Gobierno, hechos  muy pequeños, simbólicos. Era verdadera  la evidencia que llevaron a los  juicios —me hicieron cinco en diferentes  estados—, sin embargo, la  sanción fue desproporcionada.

“Estaba encargada de poner  una bomba en el Capitolio en solidaridad  con la lucha del pueblo  libanés y contra el imperialismo  en cualquier parte del mundo, y  también de comprar cuatro fusiles  y dos cajas de municiones; las armas  eran legales, lo único ilegal era que yo  estaba en la clandestinidad usando un  nombre que no era el mío. Fue un crimen de  papeles.

“Allá el Gobierno no responde bien a la gente,  somos muchos los que estamos en contra de las  condenas falsas o injustas, como son las aplicadas  a los Cinco, pero la Fiscalía no quiere hacer nada  para resolver esos casos, no les interesan. Respecto  a mí hubo una campaña para liberarme, representantes  del Gobierno enviaron misivas al Presidente  y había una conexión entre mi abogada y  la jefa del equipo del Presidente, por lo que ella  podía entregar cartas y discutir mi situación.

“Yo aproveché ese tiempo en la prisión para  superarme, me eduqué. Las condiciones en las  cárceles de mujeres son pésimas, estuve en cinco,  unas peores que otras; en las federales hay un  poquito de supervisión del Gobierno y se pueden  apelar algunas cosas; las de los condados son como  mazmorras.

“La mayoría de los encarcelados son negros,  morenos, latinos, hay más negros que blancos; es  un sistema racista. Recibía visitas de mis familiares,  de mis amigos, algo que es bien difícil para  los Cinco; sabemos que son muy restringidas, que  les niegan las visas a sus seres queridos, e incluso  que la esposa de Gerardo no ha podido verlo desde  que está en prisión, lo cual es una injusticia  tremenda y una violación de los derechos humanos  más elementales.

“En la cárcel del condado de Louisiana las mujeres  no reciben atención médica ni estomatológica,  no pueden comprarse espejuelos. Allí casi todas son  madres y ellas tienen que elegir cuál de sus niños  puede visitarla, solo tres, si tienen más no pueden ir  los otros; pueden verlas durante 15 minutos.

“Después que salí de la prisión me he entregado  a la lucha por la libertad de los Cinco  y de todos los presos políticos, por eso es Todos  o Nadie. Como parte de la campaña hemos  enviado cartas al presidente Obama, firmamos  peticiones para que los liberen ya, hacemos  manifestaciones, reuniones en las comunidades  para darle información a la gente y para  que digan qué piensan, sus problemas y buscar  soluciones; el pueblo estadounidense no tiene  conciencia política, solo quiere consumir, vestir,  cambiar el carro.

“Es difícil sobrevivir en un país tan rico  cuando la mayoría de las personas son pobres,  no tienen suficiente para vivir, aunque nunca  difunden noticias sobre esto, es una pesadilla.  Queremos que todos puedan elegir, ser revolucionarios,  internacionalistas, sin esconderse.  Yo no soy una rareza, soy una persona común,  es posible y los pueblos lo necesitan. Por eso  quiero transmitir mi aliento a los familiares de  los Cinco; si yo estoy aquí, ellos también pueden  estar libres”.

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Un comentario en Todos o nadie

  1. Espero disculpen mi asobro, pero esta señora (Linda Evans) no me parece bien que esté en Cuba invitada a ningún tipo de acto oficial. ¿Por qué? Muy fácil: si leen este mismo artículo, verán que Linda Evans es una TERRORISTA, así mismo, con todas sus letras. De su propia boca dice que “Estaba encargada de poner una bomba en el Capitolio…» El pueblo cubano ha sufrido más de una vez el triste flagelo del terrorismo ¿recuerdan el avión de Barbados? Entonces, aunque las ideas de esta señora puedan ser las más nobles y progresistas del universo, sus tenebrosos métodos son, cuando menos, censurables. No podemos tener amigos que anden poniendo bombas, así como si nada. ¿Cuantos inocentes (niños incluidos) podrían haber muerto por un atentado terrorista como el que iba a realizar Linda Evans?

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