La espiral de humo saliendo por la elevada torre y el olor a guarapo que invade la llanura son señales inequívocas de que hay molienda en el central. El Manuel Fajardo, de Quivicán, hizo las pruebas de la cadena productiva que va desde el corte y la transportación de la caña hasta la industria, y este miércoles dará el pitazo de la arrancada para la zafra 2013-2014.
Los cortes de la gramínea comenzaron por las unidades básicas de producción cooperativa Pablo Noriega y Gaspar Jorge García Galló, y la de producción agropecuaria 26 de Julio, para aprovechar la cercanía al ingenio, pero pronto entrará en acción el resto de las entidades que tributan la materia prima, algunas de las cuales se ubican en el municipio de Melena del Sur, también de la provincia de Mayabeque.
Una mejor calidad de las siembras de caña, mayor disponibilidad de recursos agrícolas y sistemas de riego, así como el cumplimiento de los cronogramas de atención cultural les han permitido elevar los rendimientos a 51,6 toneladas por hectárea (t/h) en las áreas que abastecen al central, explicó Luis Alberto Ramos, director de zafra.
Dijo que las 16 combinadas KTP- 2M que cortarán en esta campaña están listas, y existen garantías para que el ingenio muela 149 días consecutivos. Valoró que las reparaciones de la maquinaria han sido eficientes; en los dos últimos años han contado con más disponibilidad de repuesto, lo que permitió a los mecánicos llevar todas las máquinas a sus parámetros técnicos originales. Yutmay González Pérez, jefa de capital humano de la Unidad Empresarial de Base Manuel Fajardo, elogió los resultados de una iniciativa que pusieron en práctica desde el 2011, cuando después de un análisis por la baja productividad de los pelotones (solo cortaban al 49 % de lo planificado) comenzaron la capacitación al total del personal del corte mecanizado; para la zafra posterior ese indicador se elevó al 89 por ciento.
El perfeccionamiento de esa labor permitió la implantación de un sistema de gestión integral donde se prepara a los hombres mediante guías de autoformación y evaluación por competencia; los frutos se reflejan en el aumento de la productividad y del salario promedio mensual, que para el personal del corte mecanizado ronda los 2 mil 500 pesos mensuales, aseguró.
Según Humberto Báez Hernández, director de la Empresa Azucarera de Mayabeque, el proceso de alistamiento de los ingenios, de la maquinaria y de los medios de transporte que intervendrán en esta zafra se realiza con rigor, y los tres centrales que molerán este año en el territorio: el Boris Luis Santa Coloma, el Héctor Molina y el Manuel Fajardo cumplen los cronogramas.
Comentó que se trabaja para garantizar que el ciento por ciento de las combinadas, los tractores y los camiones inscriptos en la zafra se incorporen en el tiempo establecido y lo hagan durante todo el período. Hemos constatado la disposición de los trabajadores para hacer una zafra eficiente y cumplir nuestro plan de producción de azúcar, que es más de un 20 % superior al del 2012, aseveró.
Una nueva imagen
Una lucha contra el tiempo tienen los trabajadores del central Jesús Rabí, de Calimete, Matanzas, pues el día 22 de este mes comenzará la producción de azúcar, y han querido lograr la exquisitez en preparar cada parte de su fábrica, tanto es así que han mejorado hasta la imagen de las instalaciones —estaba bastante deteriorada—, sobre todo las áreas de servicios, y se construyó una nueva entrada al ingenio.
Alfredo Morejón, director de la industria, destacó el esfuerzo de los trabajadores, quienes han laborado durante 12 horas diarias para ir alistando cada objeto, lo cual permitirá moler la excelente materia prima que les llegará de las unidades productoras de caña.
Constatamos la abnegación de los mecánicos del Rabí durante un recorrido por la industria. Roberto Linares, quien durante 48 años se ha desempeñado en las reparaciones de los molinos del Reynold García y el Jesús Rabí, confirmó que es un trabajo duro, que exige esfuerzo y destreza. “Sin embargo, lo más difícil son el ruido y las malas noches, pero cuando uno lleva mucho tiempo se adapta y ya por los mismos sonidos puede detectar lo que no está funcionando bien. La lucha aquí es por la eficiencia y por formar el relevo con los muchachos que trabajan junto a mí”.
Un hecho sin precedentes en Santiago de Cuba en el acondicionamiento industrial es el mejoramiento de la imagen de los ingenios, marcada por largos años de deterioro y abandono. “
El embellecimiento de las fábricas lleva implícito la eliminación de equipos con obsolescencia técnica, la construcción de taquilleros y baños para los obreros, así como la pintura de los locales y equipos cumpliendo las normas del cromatismo industrial”, precisó Juan Revilla Rondón, jefe de asistencia técnica de la Empresa de Servicios Industriales, de la provincia.
El directivo informó que las reparaciones de los tres centrales santiagueros que molerán en esta zafra —que comenzará aquí a mediados de diciembre— avanzan con la garantía de los recursos humanos y materiales requeridos para trabajos de gran envergadura, entre los que mencionó la sustitución de cuatro bloques de calentadores de aire en el América Libre.
También se ejecutan en el Julio Antonio Mella la reposición de un calentador radiante convectivo de una de las calderas, cambio de la pantalla frontal de otra y la instalación de un preevaporador, agregó.
Las reparaciones de los centrales de Ciego de Ávila marchan según el cronograma para comenzar la molienda a partir del 18 de diciembre. La inversión principal en el Ecuador corresponde al área de generación de vapor, con el montaje de la segunda caldera de 60 toneladas y el alistamiento de dos turbogeneradores en la planta eléctrica, mientras en el Ciro Redondo se centran en el área de los molinos y en la casa de calderas.
Los avileños trabajan además en la reparación de motores para las combinadas y los camiones. Según Danilo Fernández Madrigal, director de operaciones de zafra en la provincia, la mayor dificultad está en el transporte automotor, por la complejidad de los trabajos mecánicos y la reconstrucción de 25 remolques, pues los recursos para estas labores llegaron con retraso.
El plan es sagrado
En la campaña pasada solo las provincias de Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Artemisa, y 19 centrales cumplieron sus planes de producción de azúcar. Para esta han previsto la fabricación de un millón 800 mil toneladas de azúcar, 18 % de incremento respecto a la anterior, lo cual debe ser la base para el crecimiento sostenido de esta producción.
Este aumento está respaldado por la elevación de los rendimientos agrícolas y la renovación de las áreas (la entrega de caña se incrementó en 15,6 % el último año), la calidad de la preparación de las industrias y la maquinaria, y el transporte.
La primera que logró su plan el año anterior: Ciego de Ávila, recibirá dos combinadas Case nuevas, que pueden aportar más de mil 200 toneladas de caña diariamente. También cuentan con 20 camiones más que en la zafra anterior y una organización superior para el trabajo, lo cual pretende resolver los problemas que se afrontaron, comentó Danilo Fernández.
El directivo agregó que durante los últimos tres años el territorio crece en la producción de caña, gracias a la estrategia de plantar más en el período óptimo y la instalación de los sistemas de riego, lo cual tiene una incidencia determinante en el aumento de los rendimientos agrícolas. El promedio de la zafra anterior fue de 48,8 t/ha, el segundo mejor índice de Cuba.
Explicó que la provincia tiene otra limitante: “Aspiramos a sembrar el próximo año más de 9 mil hectáreas que hoy están vacías, pero el 80 % están infectadas de marabú, por lo tanto el esfuerzo se centrará en el buldoceo, aunque faltan equipos con esteras para emprender esa labor. En el país se deben limpiar más de 27 mil ha este año, y otras 36 mil en el 2014.
Iniciativas por la eficiencia y la calidad
En la unidad empresarial de base Héctor Rodríguez, perteneciente a la empresa azucarera de Villa Clara, los colores se mezclan. El primer molino está pintado de naranja, el segundo de rojo intenso, el tercero de azul. Sus trabajadores tomaron las tonalidades de los equipos de béisbol de Villa Clara, Matanzas e Industriales, para emular.
Con esta idea identifican qué brigada de reparadores dejó en mejor estado técnico la maquinaria, qué pieza ajustar cuando se hagan las pruebas de inicio de zafra, quiénes son los obreros destacados en el área de molida, incluso reconocen con mayor exactitud cada parte de los distintos molinos para operar ante posibles roturas.
“Una buena arrancada garantiza una zafra estable y con altos rendimientos. Las acciones de la reparación han estado encaminadas a buscar mayor eficiencia”, expresó el ingeniero Pedro Montenegro, director de la unidad.
Las medidas tienen ese fin: al basculador, además de la tradicional reparación, le montaron un juego de cuchillas para mejorar la sección de corte de la caña. En el área de fabricación sustituyeron las calandrias del vaso evaporador con piezas de un ingenio paralizado, también instalaron un nuevo receptor de masa cocida; al mismo tiempo acoplaron un sobrecalentador convertido con un radiante para aumentar la temperatura en la caldera de vapor, así como la modernización de la centrífuga.
Obreros del taller de maquinado han recuperado bombas, ejes de conductores de arrastres entre molinos, carcazas, pedestales, rodillos y hasta simples tornillos.
Entre ellos se destacan Conrado Méndez y Rogelio Pedraza, quienes llevan más de 25 años en estas faenas. El primero delante de un torno adapta cualquier elemento de la maquinaria, le dicen el artista del hierro; el segundo con una plantilla corrige las más complicadas piezas.
Similares labores ejecutan en los ocho centrales que molerán en la provincia de Villa Clara, los que tienen la responsabilidad de realizar el plan de azúcar más alto del país. El primer pitazo se escuchará el 7 de diciembre en el ingenio Panchito Gómez Toro, de Quemado de Güines. Todos producirán crudo y tres industrias refinarán.
El ingeniero Andrés Durán Fundora, director de la empresa azucarera del territorio, aseguró que las reparaciones en el área de la industria se encuentran al 102 %, mientras en la de mecanización están al 86 por ciento. “Presenta atrasos la recuperación de locomotoras, aunque se han remozado carros jaulas, tolvas, tanques de mieles; el ferrocarril traslada entre el 60 y 70 % de la gramínea que muele la provincia”.
Esperan un mejoramiento del transporte automotor, cuando entren 46 remolques de alto tonelaje que se ubicarán en los pelotones de las combinadas de nueva tecnología. Trabajan en las reparaciones de los ingenios Perucho Figueredo y José María Pérez, los cuales estuvieron paralizados durante años.
Directivos y trabajadores del sector en Villa Clara coinciden en dos preocupaciones: la humedad que presentan los suelos y el estado en que se encuentran los caminos cañeros. “Para recuperarlos además de las brigadas del sector se necesitará el apoyo de otras de la construcción y la agricultura”, precisó Durán Fundora.
Otra de las provincias que cumplió el plan de la pasada zafra fue Sancti Spíritus; sin embargo, allí trabajan para corregir los defectos que entorpecieron su buen desempeño, disminuir el tiempo perdido industrial y aumentar la eficiencia en las dos fábricas que molerán en la próxima: el Uruguay y el Melanio Hernández, de Jatibonico y Taguasco, respectivamente.
Las reparaciones de mayor envergadura corresponden al montaje de tres juegos de cuchillas y el alargamiento de una estera para favorecer el tiro directo al basculador del coloso espirituano, mientras en el Melanio se centran en las áreas del tándem, los basculadores y las casas de calderas, informó Manuel Pérez Siberia, director de operaciones de zafra en esta provincia.
Lo alcanzado hasta hoy en la producción cañera y las reparaciones tendrán un impacto positivo en el propósito del país de lograr 150 días de zafra, por lo que se deben eliminar las deficiencias detectadas en la anterior.