Son los días previos a la arrancada de la zafra en Guantánamo y no es posible encontrarlo temprano en su casa. En realidad casi ningún día del año: pues cuando no está campaña de siembra está en otra tarea de la caña de azúcar, motivo de 34 años de trabajo y más de 17 mil pesos de aporte voluntario a la Patria.
Alexis Guevara Sosa nació el 19 de enero de 1966, fue el quinto entre los seis hijos de los campesinos Juan Guevara Baulí e Hilda Sosa. El lugar que le vio nacer fue “Mal Pared” de Yateras, tierra donde los padres poseían finca y animales que al triunfar la Revolución donaron con fervor patriótico a la causa vencedora en enero de 1959.
Desde muy pequeño recogió café entre las propiedades de la familia, primero como entretenimiento y luego de voluntario. Mas desde becado, a los 16 años de edad, asombró por las normas que sobrepasó en la Escuela al Campo: entre 12 y 18 latas de café diarias, un puntal que indudablemente le valió en sus 29 mil latas recogidas en las 33 cosechas cafetaleras que le han involucrado.
Graduado de Técnico Medio de la construcción en la especialidad de Plomería, al cumplir 19 años hizo fe propia con prédicas de cuna, “de que solo el trabajo honrado da a cada quien lo suyo”. Así empezó su vereda como obrero: en la fabricación de cerca de una decena de consultorios médicos en las montañas de Yateras. “No teníamos las mismas condiciones de hoy, no había concreteras…, las concreteras éramos nosotros mismos y las tareas se cumplían con firmeza y motivación.
Una vez que terminábamos nos movilizaban a las zafras de café y caña, yo era uno de los primeros en irme porque la agricultura es lo mío. Por eso en el año 95 cuando se hizo en la empresa el primer contingente me alisté sin pensarlo dos veces, ahí cesaron once años de labor en la construcción e inició mi tarea en la caña, hasta ahora”.
¿Cómo es un día normal para Alexis Guevara?
Mi día normal empieza a las cuatro y media de la mañana, porque esa es la hora en que me levanto hasta los domingos. A partir de esa hora yo salgo con la fe y la idea de que hay que hacer y sobrecumplir las tareas.
Sólo pienso en eso durante el camino al trabajo y si no lo hiciera creo que no pudiera sobrepasar las normas de cada jornada. Que no necesita de horas extras, sólo amar lo que uno hace, empeño y resistencia.
Cuando no estamos en zafra llego a la casa alrededor de las cuatro de la tarde, pero en plena contienda no tengo horario de llegada. Me baño, como y me acuesto. Todo en la casa ya está hecho. Gracias a Dios tengo una buena compañera, con ella comparto mis logros porque es también responsable de ellos.
¿Cómo se viste Alexis y qué lleva cuando va a cortar caña?
Me gusta vestirme como lo hacen mis compañeros. Botas, pantalones, camisas mangas largas, guantes, sombrero o pañuelo, polainas… porque son medios de protección. También llevo agua, meriendas que mi esposa me prepara. Que no me la como hasta llegar a la meta o la norma: una tonelada de caña por machetero aproximadamente, que en dependencia de como esté la caña te lleva cerca de una hora y pico, si está buena.
Después de las nueve de la mañana es que me gusta desayunar: el cuerpo ha calentado y uno ha sudado bastante.
¿Descansas durante el corte?
En competencia y sin ella los “macheteros largos”, igual que en la recogida de café, comemos de cinco a diez cucharadas de comida, la dejamos y continuamos. Luego volvemos y así, pero en la marcha…no se detiene el corte ni la recogida.
Tanto en el descanso como cuando vamos en el carro después de cumplida la norma hacemos chistes, cuentos, jaranas y maldades entre nosotros.
¿Te ha pasado algo en pleno corte que te haya dado temor?
Una vez en pleno corte sentí el temor más grande de mi vida. Fue hace unos cinco años aproximadamente…Un tiempo de marzo, estábamos picando caña y eran como las dos de la tarde e hizo un temblor que el cañaveral se estremeció todo y las cañas vibraban y sonaban…Todos nos quedamos paralizados y tranquilos. Nadie se movía… Nos asustamos y yo sentí mucho miedo porque fue tremendo y no había qué hacer ni para dónde correr.
Yo no tengo miedo a nada en la vida y soy amigo de todos los animales… Pero una vez me recosté un rato sobre una pila de caña porque ya estaba cansado, eran como las tres de la mañana y sentí una majá que me pasó por los pies, pero no pasó más nada…
¿Alguna vez te has sentido con el cuerpo cortao´ para ir a la caña?
Bueno…Voy a ser sincero. El cuerpo se me corta cuando vamos camino al campo y vemos el central parado, que no está moliendo… y la caña tirada y secándose en el suelo. Ese es el mayor disgusto no mío, de cualquier machetero. Porque cuando uno pica, lo hace con la fe por algo y para que sea útil.
En realidad no hay tiempo para que el cuerpo se corte, siempre trabajamos contentos y riendo. Aunque cuando estamos en pleno corte nadie va al trabajo de nadie y no se habla: cada cual está concentrado en lo suyo.
Déjame decirte que cuando murió el comandante en jefe, Fidel Castro, me pasé un mes justo con taquicardia, yo que no padezco de nada y no me duelen ni los callos… Fue muy dura esa noticia, su muerte me llegó a la vida y aquí en mi casa al levantarme lo primero que miro es una foto suya y del Che que tengo…
¿Cuándo recibiste el Título de Héroe del Trabajo y cómo fue ese momento?
Llegó cuando ya tenía 27 años consecutivos de Vanguardia Nacional, 11 por la construcción y 16 por la agricultura. Trabajos fuertes, pero no sé si es que he tenido la suerte de sentirme bien haciéndolos y eso me ha dado facilidad, la cosa es que nunca lo hice para obtener títulos ni medallas.
La recibí en 2017 y me enteré cuando picaba caña en el mes de abril, al decírmelo un compañero del sindicato. Ya era parte de la brigada de la unidad productora Manuel Sánchez de 40 macheteros, hombres cuyas edades sobrepasan los 60 años y para mí fue un honor.
Me la entregó José Ramón Machado Ventura y cuando me abrazó me emocionó muchísimo por el prestigio que tiene entre los dirigentes de la Revolución.
Mas, en aquel momento sentí la necesidad de decirle algo. Mis palabras fueron: el pueblo de Guantánamo le manda saludos y el compromiso de que van a cumplir el plan de azúcar. Él me respondió sonriente, me felicitó y me dijo que yo estaba fuerte.
Luego de esa ceremonia compartimos todos en la cena junto a él, en la misma mesa. No le importó ni criticó como uno comía ni los modales. Eso para uno como trabajador es muy significativo, ver su modestia y sencillez con los humildes trabajadores.
Mi medalla siempre se la dediqué al comandante en jefe Fidel Castro y comprometió a ser altamente productivo, disciplinado, buen compañero…, ejemplo.
¿Cambió tu vida después de ser Héroe del Trabajo de la República de Cuba?
Yo continúo siendo un hombre normal. Nunca he recibido ningún privilegio ni nada por ser Héroe del Trabajo.
La gente que lo sabe te felicita, hay quien te lo agradece y hasta me han llamado para que vaya a cooperativas a hablar sobre lo que hago. Pero yo jamás he utilizado ni mis medallas ni mis méritos para expresarme ni resolver ningún problema.
En la cuadra, con los vecinos, dondequiera que esté, soy el mismo. Con mi salario y lo que gana mi esposa tratamos de arreglar nuestra casita y nos ayudamos mutuamente.
Estoy agradecido de la Revolución porque he llegado hasta donde estoy por mi trabajo digno.
¿Qué haces cuando no hay zafra y tienes más tiempo para estar en casa?
Yo no descanso nunca porque cuando no hay zafra, está la siembra que es más delicada, más fuerte todavía. Pero en mis ratos libres, me encanta escuchar a Fabré, aunque no sé bailar, no doy un paso a ningún lado…(ríe)…con escucharla me entretengo.
También escucho Radio Reloj largas horas en la noche, me gusta estar bien informado, de todo lo que acontece en mi país y el mundo, para poder hablar con seguridad con cualquiera y donde sea.
¿Qué pasa el día del cumpleaños de Alexis?
No me gustan los cumpleaños. En la brigada celebramos los cumpleaños de los macheteros pero nadie sabe cuándo es el mío. Una vez se enteraron y aquello fue lo más grande.
Mi esposa y mi suegra -a la que quiero como una madre- son las que me celebran los cumpleaños. Al llegar del trabajo me dan las sorpresas, porque ese día me levanto normal y voy a lo mío.
¿Familia, amigos, valores …metas?
Mi esposa es ama de casa, y sentada a su máquina de coser confecciona almohadones y otras artesanías. Ella tiene una hija que es como mía también y yo tengo, de mi matrimonio anterior, dos hijos varones de 12 y 20 años respectivamente.
Mis suegros y vecinos, tanto niños como adultos, también son parte de la familia y con ellos comparto siempre que puedo.
A mis hijos que aún estudian siempre les aconsejo ser educados, respetuosos. Nunca dije malas palabras ni le hable alto a sus madres, y con ese ejemplo les he formado. Algunas veces me dicen que soy militar, pero yo sé que con ese rigor van a ser mejores, así que no me siento mal por eso.
A mi esposa trato de satisfacerla a diario, soy detallista y cariñoso. Le traigo ramos de flores haya motivos o no porque a ella le gustan, tanto naturales como artificiales. Cuando llego del trabajo y me acuesto conversamos un rato. Sus cumpleaños si me gusta celebrarlos.
Soy un hombre extremadamente serio, no tengo enemigos pues no es fácil contradecirme…, a veces mi suegra me pregunta “qué es posible hacer para molestarme?”
Rechazo la chusmería, la violencia y el maltrato contra las mujeres… y los buenos revolucionarios y fieles a Fidel siempre serán mis amigos… No tengo ningún vicio y mi comida preferida es arroz con huevo frito.
Confieso con honestidad que aunque con los años baja mi rendimiento, solo una insatisfacción mueve las ganas y son los tres años consecutivos que lleva Guantánamo sin cumplir la zafra azucarera. Una carga que llevo como mía, y por la que me exijo mucho más cuando inicio cada jornada.
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Muy buenas las Historias de vida para resaltar los hombres y mujeres que laboran en el sector cuestión que los motiva y eleva su autoestima cuando se ven reflejado. Buen trabajo.
Muchas Felicidades !!
Felicidades por el excelente trabajo en nuestra industria, reconocer ademas asu familia por su apoyo incondicional.
Mis felicitaciones para este hombre tan honesto y trabajador. Muchos son los ejemplos en nuestro país de hombres y mujeres con tantos valores, los lectores agradecemos que se publiquen historias como estas.
Dice Alexis _Confieso con honestidad que aunque con los años baja mi rendimiento, solo una insatisfacción mueve las ganas y son los tres años consecutivos que lleva Guantánamo sin cumplir la zafra azucarera. Una carga que llevo como mía, y por la que me exijo mucho más cuando inicio cada jornada.
ese es el sentir de un hombre comprometido totalmente con lo que hace.
Alexis Guevara Sosa, Héroe del Trabajo de la República de Cuba Son los días previos a la arrancada de la zafra en Guantánamo y no es posible encontrarlo temprano en su casa. En realidad casi ningún día del año: pues cuando no está campaña de siembra está en otra tarea de la caña de azúcar, motivo de 34 años de trabajo y más de 17 mil pesos de aporte voluntario a la Patria.
Ejemplo de trabajador azucarero consagrado a su trabajo, m otivo por lo que ha obtenido varios reconocimientos llegando a alcanzar la condicion de Heroe del trabajo,Felicitaciones para el y su familia
FELICIDADES a Alexis Guevara Sosa, Héroe del Trabajo de la República de Cuba del sindicato azucarero por sus resultados productivos.