En justo reconocimiento al quehacer pictórico de Ángel Silvestre Díaz Morales (Caimito, Artemisa, 1951), deviene la muestra concebida en ocasión de la VI Edición del Concurso Ciudad Poesía 2019, abierta al público en el centro cultural librería Alma Mater de La Habana.
Junto a otros trabajos de este prolífico creador, allí se exhiben sus ilustraciones realizadas a los poemas ganadores de los primeros premios de este certamen desde el año 2014 hasta esta, su última convocatoria, coincidente con el aniversario 500 de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana.
Ciudad Poesía es un encuentro competitivo tutelado por la reconocida poetisa y promotora cultural Luisa Oneida Landín, también integrante de la tertulia artístico literaria La letra en rosa, de la galería de arte Mariano Rodríguez, de la Villa Panamericana, entidad patrocinadora de este concurso.
El grupo Ala Décima, también patrocinador del evento, está dirigido por el laureado bardo Pedro Péglez González, encargado de presidir el jurado que seleccionó como premio principal la obra Plegaria de hijo ausente, de Ramón Torres.
Dos jóvenes y talentosos cultivadores de la poesía, Giselle Lucía Navarro y Roly Ávalos Díaz, igualmente formaron parte del jurado, el cual confirió, además, el Premio Identidad al poema en décimas Crónica a La Habana 200X, de Jorge Adrián Betancourt, de la provincia de Granma; el Premio del Grupo Ala Décima recayó en la obra La Habana 500 años después, de Juan Carlos García Guridi, de Mayabeque; el Premio Especial para el poema que se acompañe de la propuesta de una obra visual, al texto Habana, de Rodolfo Rensoli, de la capital; y Mención a la obra Aún grito su nombre, de la capitalina Vilma Esther Calderín.
Ángel Silvestre es un artífice siempre dispuesto a contribuir con el aporte de su obra a disimiles eventos de la cultura. En esta oportunidad él ofrece su arte como complemento indispensable de estas composiciones líricas, enriquecidas con el multicolorido ambiente de quien se entrega al acto de pintar como una necesidad cotidiana, vital, imprescindible.
Sus cubanísimos escenarios, no solo están permeados de auténticos valores de insularidad, sino además, son portadores de una espiritualidad en la que se transpira un auténtico humor criollo trasmitido a través del entretejido expresivo de los personajes que trascienden en sus narraciones, esta vez extraídos del cosmos lírico-dramático de cada uno de los trabajos laureados en Ciudad Poesía.
De tal modo, en sus ilustraciones, así como en su basta producción iconográfica, Silvestre convoca al disfrute del arte —en tanto nos llama a la reflexión— , con sus alucinadoras vetas de inspiración, las cuales no son más que desciframientos humanos, en los que el poder del ritmo y de lo sensual anidan delirios por el goce y lo erótico; asuntos que, aunque no únicos, preponderan el barroquismo de su creación, la cual fluye con absoluta libertad desde su conciencia de hombre amable, amoroso y campechano.
La ceremonia contó, además, con las interpretaciones del trovador Juan Carlos Pérez.