Cargando...El domingo fue el séptimo día de protestas en Cataluña luego que se conocieran las sentencias del llamado procés, un juicio que duró ocho meses contra doce líderes catalanes defensores de la independencia.
La jornada dominical se inició con una protesta pacífica convocada por la Plataforma por la Democracia, integrada por varias entidades soberanistas y el movimiento «Picnic per la República». No obstante, el tono fue subiendo, y sin llegar a la violencia de los días precedentes, la multitud comenzó a lanzar bolsas de basura más allá de las vallas colocadas por los Mossos en un cruce de calles próximo a la Delegación de Gobierno.
También se cerró el tránsito con una sentada en la Diagonal, acción que derivó otros cortes del transporte en las arterias principales de la ciudad.
Algunas fuentes hablan de 4 mil participantes, mientras los organizadores aseguran que eran 9 mil coreando frases como “¡Libertad presos políticos!” y “¡Amnistía y libertad!”.
Quim Torra, el presidente de la Generalitat, ha reprochado públicamente a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España en funciones, por negarse a responder sus llamadas telefónicas y no acudir a “sentarse para dialogar y negociar”. Otros representantes del separatismo catalán, por su parte, han tomado distancia de Torra por no haber sido enfático en su censura a las acciones violentas de los últimos días.
El ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska informó que como resultado una semana de protestas 288 agentes han sufrido lesiones y que 194 personas han sido detenidas, 70 de las cuales han pasado a disposición judicial y 18 ingresaron a prisión. También comentó de 267 vehículos policiales dañados: 221 de Policía Nacional, 43 de los Mossos y tres de la Guardia Urbana.
Varias fuentes confirman además que 17 personas permanecen hospitalizadas, siete en estado grave, las cuales provienen tanto de Barcelona como de Gerona, puntos donde se han dado los peores disturbios y las cargas policiales más contundentes.
La Conselleria de Salud, por su parte, confirmó que cuatro personas han perdido la visión como resultado de la violencia policial, y que un agente también se encuentra en estado muy grave. Otras fuentes hablan de 58 periodistas lesionados mientras daban cobertura a las protestas.
En cuanto a destrozos, se estiman en más 2,5 millones de euros las pérdidas por daños, sin sumar el gasto de pavimentar las calles destruidas. Solo Barcelona ha perdido al menos mil 35 contenedores de basura.
El veredicto que desató las protestas condenó a los líderes catalanes que impulsaron las acciones independentistas de octubre del 2017. Los imputados fueron acusados de sedición, entre otros delitos, y recibieron unas sentencias que suman entre todas unos 100 años.
Las penas de cárcel fueron agravadas por la inhabilitación profesional absoluta. La pena más severa fue contra el exvicepresidente Oriol Junqueras, que recibió 13 años de prisión; mientras que Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa, 12 años.
La expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, fue condenada a 11 años y 6 meses de prisión; Joaquim Forn y Josep Rull, 10 años y 6 meses; y Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, dos influyentes activistas de base, a 9 años de cárcel.
Jordi Orobitg, diputado de una de las organizaciones pro independencia, el partido Esquerra Republicana, explicó que la decisión judicial es vista por el pueblo catalán como una nueva agresión, que no busca otra cosa que cuestionar y eliminar los derechos políticos de la sociedad catalana.
Tras conocerse la sentencia, miles de catalanes salieron a las calles, cortaron autopistas, bloquearon vías del tren y hasta obstruyeron la entrada y salida de los vuelos del aeropuerto de El Prat en protestas que han alcanzado picos de violencia y destrucción, sobre todo en las noches.
