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Los trabajadores del banco de sangre ubicado en Sancti Spíritus protagonizaron por estos días una asamblea de afiliados atípica. El espacio en el que habitualmente debaten puntos concernientes a la vida sindical sirvió esta vez para discutir el Anteproyecto de Documento Base del XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Catalogado como el momento más significativo de la etapa previa a la celebración de la magna cita, el análisis del documento supone la participación directa y activa de las fuerzas laborales en el enriquecimiento de temas como el rol de los trabajadores en la economía, el funcionamiento sindical, los valores morales, las relaciones internacionales y la emulación en las nuevas condiciones.
La reunión que dio apertura al proceso en esta central provincia devino escenario para que afloraran opiniones acerca de los bajos salarios, la necesidad de enfrentar las ilegalidades en el centro, así como el papel del sindicato en la activación del movimiento de aniristas, inexistente todavía en el banco de sangre espirituano.
“Esta discusión es la oportunidad para que nuestro personal refleje las principales deficiencias vigentes en el sector, tanto a nivel profesional como sindical. Al reconocer los errores, perfeccionaremos los servicios y el aporte a la economía será visible”, sostuvo Lay Hernández González, secretaria del sindicato provincial de la salud.
Valoraciones minuciosas provocó en los trabajadores el punto 28 correspondiente al Capítulo II: “En los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, en los capítulos I, II y IV; Modelo de Gestión Económica, Política Macroeconómica y Política Social, están tratados el salario, los ingresos y la estimulación. Su solución dependerá del incremento de la productividad del trabajo, de la reducción de los gastos, del ahorro (…) de desinflar las plantillas de manera que permita avanzar y tomar decisiones sobre otros complejos problemas (…)”, define el Documento Base.
A partir de las anteriores observaciones, quienes laboran en la institución espirituana coincidieron en la pertinencia de reevaluar las clasificaciones de las entidades de acuerdo con la actividad que realizan. “Aun cuando exportamos plasma, siempre circunscriben nuestra entidad a la esfera de los servicios y jamás han considerado nuestros niveles productivos para implementar un sistema de estimulación al trabajador”, afirmó Mario Suárez.
Sin dudas, los planteamientos provenientes de la fuerza laboral cubana resultan elementales para viabilizar los cambios que el nuevo contexto socio-económico exige. Toca a los trabajadores protagonizar análisis profundos y concienzudos desde la base para solidificar los preceptos de un socialismo próspero y sostenible.
