El inicio del Festival del Caribe, que tuvo lugar este miércoles en el teatro Heredia de la ciudad santiaguera, marca el desarrollo de siete días de confraternización entre las naciones caribeñas, y otras muchas, con base en la cultura de los pueblos de la región.
En esta 39 edición se dan cita más de mil participantes, de ellos unos 500 extranjeros de una treintena de países, con la República Oriental del Uruguay como invitado de honor.
Durante la gala de apertura Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, institución que auspicia el encuentro, dio la bienvenida a los participantes y aseguró que “creemos en los puentes y no en los muros”.
En su llamamiento al Caribe dijo además: “Desde esa convicción a los convocamos a hermanos y hermanas del Caribe, a Nuestra América, y a quienes en el norte de América, al mundo todo, deban y puedan condenar el Bloqueo a Cuba, recrudecido ahora con la aplicación del título III de la Ley Helms-Burton; convocamos a la solidaridad mundial contra la agresión al pueblo y gobierno legítimo de Venezuela, de Nicaragua y a todos los proyectos sociales que tienen como centro al pueblo, y no a las minorías enriquecidas con la explotación de esos pueblos.”.
La gala de apertura fue propicia también para entregar el Premio Internacional Casa del Caribe al músico cubano Eduardo “Tiburón” Morales, reconocimiento que igualmente le fue otorgado al matrimonio uruguayo de Sara Medeiros y Oscar Damian.
Durante el Festival se realizarán una decena de eventos teóricos, como parte del coloquio El Caribe que nos une, entre ellos talleres de religiosidad, teatro, música, danza y poesía.
Igualmente acontecerá el Coloquio Internacional Hugo Chávez Frías: la pasión que nos une, el pasacalle las delegaciones asistentes, más conocido como el Desfile de la serpiente, el homenaje a la rebeldía esclava, la quema del Diablo, entre otras propuestas.
Hace tiempo ya el Festival del Caribe fue calificado como “sui géneris diplomacia cultural”, término que lejos de desdibujarse con el paso de una y otra edición, se revalida rotundamente en esta 39 edición.
Cada uno de sus momentos consolidó tal idea no ya por mandato expreso sino por espontánea esencia, mostrada, demostrada y continuada desde 1981, cuando Joel James y un pequeño grupo de artistas e intelectuales santiagueros dieron vida al Primer Festival de las Artes Escénicas de Origen Caribeño.
De este nació el Festival del Caribe, sin necesitar más que ese nombre, o uno más simbólico aún: Fiesta del Fuego, para convertirse en cobija y sostén de lo popular/tradicional de la región, de la unidad y defensa de valores identitarios.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.