A Camagüey la fama de tierra ganadera le antecede. Por años, estas llanuras fueron conocidas por sus grandes producciones de leche y de otros derivados vacunos, pero hace algún tiempo esa fama se perdió entre papeles, burocracias, incongruencias e irresponsabilidades humanas. Pero hoy se apuesta por la recuperación ganadera, con todas las de la ley.
Y es que como dijo Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de agricultura, en una visita a esta provincia: “la agricultura tiene que ser a base de desarrollo. Si tenemos una ganadería que hay que levantar y está la infraestructura y el conocimiento técnico, no tenemos el derecho a estar un día más sin trabajar”.
Tal es así, que en Camagüey se compite por mejorar desde abajo, desde el ganado vacuno, esa base necesaria para la producción, con la recuperación del laboratorio de transferencia de embriones de la Empresa Genética “Rescate de Sanguily”.
Según Alfredo Oliva Pérez, director de la entidad, todo se alista para que sea el primero en volver a funcionar de los 14 diseminados a lo largo de toda Cuba, los cuales, una vez, cerraron por dificultades económicas derivadas del bloqueo estadounidense contra Cuba.
Todo por un ganado mejor
Esa instalación, construida el 2 de diciembre de 1989 y denominada por aquel entonces “Desembarco del Granma”, permitirá que razas como el Siboney, Chacuba, Criollo, Cebú blanco, Bermejo y Murray aumenten su presencia y potencial, tanto en número como en calidad, una vez que inicie sus labores.
¿Qué beneficios trae esta técnica? Pues todos y bien lo explica Reinaldo Pérez Lastre, jefe de laboratorio: “La tecnología de transplante de embriones permite la obtención de animales genéticamente excepcionales. Si la donante ha tenido clasificación de excelente y ha sido considerada campeona, le extraemos los embriones y los transferimos a las receptoras nuestras en el centro, que aunque ya no tengan posibilidades productivas, poseen un óptimo funcionamiento de su sistema de reproducción. También los podemos congelar y crear un banco de embriones, que es lo que esperamos hacer.
“Esto permite multiplicar las razas que están en extinción. –continúa Pérez Lastre – Claro, esta técnica no es capaz de sustituir a la inseminación artificial, pero desde la genética es mejor porque de un animal genéticamente bueno puedo obtener descendencia, aún después que haya pasado la vida productiva”.
Lo que se desea, como asegura el especialista en transferencia de embriones Pérez Lastre, es alcanzar aquellos por cientos de eficiencia de los años mozos de funcionamiento de la instalación, donde en un corto período podían obtener hasta 14 hijos de una misma vaca de alto valor, realidad imposible de lograr por métodos naturales.
Para ello, a las donantes se les daría un tratamiento de superovulación para que den más de un óvulo y así, como asegura Pérez Lastre “obtendríamos animales buenos, aumentaría la natalidad y la producción”.
Aquella imagen de su cierre en el 2004 pronto desaparecerá, pues este sitio se acondiciona para que se instaure aquí una unidad empresarial de base de servicios técnicos de la Empresa Genética Rescate de Sanguily, en la cual pueden ciclar alrededor de 2 mil vientres.
Mientras tanto, se esperan por equipos tecnológicos específicos para su apertura como un ultrasonido para conocer el sexo del animal, uno de congelación, termos de gestación, entre otros. Pero la pretensión de retornar a ser los más conocedores en estas materias no decae porque los técnicos, médicos veterinarios… los trabajadores del laboratorio solo desean acelerar los procesos productivos de la ganadería y obtener, de una vaca, más de un ternero puro en el año.