Cargando...Por Juanita Perdomo y Betty Beatón
La estabilidad económica de la sucursal Palmares, en Santiago de Cuba, mucho se asocia a la aplicación de un modelo de gestión proactivo que tiene como premisas la excelencia o calidad total, la innovación y anticipación, lo que facilitó adoptar lo cualitativo como estrategia anticipativa.
El crecimiento de la tríada clientes-ingresos-utilidades confirma la validez de un modelo clave en la optimización de la contabilidad de la sucursal, que antes del uso del patrón registraba pérdidas ascendentes a 291 mil pesos entre ambas monedas, deterioro en el estado físico de las instalaciones y baja calidad en los servicios.
Un panorama así encontró Joaquín Mock Díaz, cuando en agosto del 2012 asumió la dirección de Palmares Santiago, desde donde también se atiende a la vecina provincia de Guantánamo. Para colmo, recuerda, en octubre de ese propio año, el huracán Sandy destrozó aún más la infraestructura.
“Prácticamente tuvimos que comenzar de cero. En los meses finales del 2012 se hizo una labor grande con los directivos y trabajadores, y se logró levantar el estado de ánimo de la gente, factores que nos ayudaron a generar ingresos por encima de los gastos, al extremo de conseguir utilidades cercanas a los 5 mil pesos en lo que se conoce como moneda total”.
Las cifras lo validan. Mock se auxilia en las estadísticas. Seis años después de los 7,6 millones de CUC conseguidos al cierre del 2012, finalizaron el 2018 con 23 millones 200 mil CUC, 1,2 millones más que los planificados, y una reducción de 0,20 centavos en el costo por peso, que de 0,62 disminuyó a 0,42 centavos.
El crecimiento sostenido de los ingresos, a un ritmo de casi 3 millones por año, se refleja en el pago por resultados, forma remunerativa beneficiadora de 829 pesos promedio a cada trabajador en el 2018, retribución, a juicio de Mock, con condiciones para mejorar.
Sin embargo, el director de Palmares Santiago atribuye un papel preponderante en los resultados económicos “a la cantidad de clientes cautivos y fieles a nuestros productos”, consecuencia de la apuesta por una diferenciación en la calidad del servicio con respecto a competidores de peso como Compay Tiago, los no estatales, hoteles, la gastronomía, Artex o la Egrem.
La innovación constante refrenda el propósito. Ello justifica el golpe de efecto dado por la sucursal al convertirse en una empresa de recreación y restauración, la visión moderna que implicó rediseñar lo segundo, principal fuente de ingresos (alude a su red de restaurantes), todo lo cual tributa a la integralidad de sus ofertas.
Gracias a esa concepción nacieron o se readecuaron el Ocio Club Casa Blanca, el bar deportivo La Iris, el producto de naturaleza finca El Porvenir, el café de música tradicional Son de la Loma, el Patio del Bolero en el restaurante Don Antonio, y se realizan acciones para obtener algo similar en el Rincón de la Vieja Trova Santiaguera, lo mismo que en el bar Daiquirí, sostiene Mock, Doctor en Ciencias Económicas.
Espacio de preferencia en esta relación para la fábrica de cerveza Puerto del Rey, la tercera existente en el país, y muy demandada por un segmento del mercado nacional, que ya disfruta de la nueva cerveza Clara Plus.
La inversión del Club Santiago seduce. Instalado en el otrora círculo social Ciroa, ya funcionan el gimnasio, la discoteca, la sala de billar, la heladería, el bar Santiago, el Café Fortuna, tres restaurantes, la parrillada, la piscina, entre otras atracciones.
El premio de la constancia
La constancia en el perfeccionamiento de la gestión de los trabajadores alcanza palpable expresión en el restaurante El Morro, distinguido por la afluencia de comensales, tácita respuesta a la exquisitez de elaboraciones premiadas por tres años consecutivos con la categoría de Líder de la Calidad, condición merecida en lo individual por la dependienta Reina Reyes, el chef Santiago Téllez, y el cocinero y secretario general de la sección sindical Ramón Álvarez.
Al reconocimiento concedido por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo, y el ministerio afín, se une el sello por la eficiencia económica, El Criollito, otorgado al joven Michel Álvarez. Descuella asimismo el accionar de la mayoría de las otras 52 unidades, entre las que destacan el Ditú ubicado en la carretera de El Caney, cercano al hospital Juan Bruno Zayas, el cabaré Tropicana Santiago, el Café Palmares o los restaurantes Don Antonio y Zunzún, este último gestionado por una cooperativa no agropecuaria, también con positivos saldos.
Se trata de no retroceder en lo ya granjeado por la sucursal, sostiene desde el Club Santiago, Dayron Fernández Proenza, palabras respaldadas por la joven directora del bar Daiquirí, Mariela Rodríguez Clavel, y por su homólogo, Romárico Vinent Peña, en la Bodeguita del Medio, una instalación sorprendentemente bella.
En su concepción orgánica de lo cualitativo, Palmares luce consecuente. Lo sugiere su apuesta firme por la superación profesional y los pasos dados para certificar el sistema de gestión de la calidad, primero en los restaurantes y, en un futuro, en la red de cafeterías, afirma la especialista en esa área, Yulenia Abiagues.
La fuerza del sindicato
En Palmares Santiago, con mil 75 empleados, nadie duda del prestigio de un sindicato que sobresale por su capacidad de movilización, representatividad y cumplimiento exitoso de las tareas, refiere Elsa Mirella Flores Flores, del Secretariado Provincial de la CTC.
Rafaela Matos Ross, secretaria general del buró extraterritorial de esta empresa, manifiesta la ventaja de contar con dirigentes administrativos conscientes del papel de la organización. “Hay una alianza por el bien de la sucursal. Aquí las cosas marchan, lo que no quiere decir que no haya algún que otro encontronazo”, dice y sonríe.
Aunque confiesa que tanto en las asambleas de afiliados, como en el comité de prevención, se analizan las causas que pueden conducir a ilegalidades, para evitarlas, “reconforta no haber tenido delitos detectados en el año 2018”, saldo al que se unen los dos años consecutivos como Vanguardia Nacional y el hecho de haber recibido la Bandera de Proeza Laboral el pasado diciembre, lo que avala a una entidad destacada en la realización de trabajos voluntarios, en el pago de la cuota sindical y de Mi Aporte a la Patria.
No obstante las buenas señales, “queda mucho por hacer, porque infinitos son los caminos de la excelencia y la calidad”, asegura Mock Díaz.
Problemas con el transporte o las dificultades con aseguramientos no siempre oportunos, se esgrimen como agobios cotidianos, lista en la que no faltan directivos lentos en la búsqueda de soluciones, así como aquellos con bajo nivel de gestión o que simplemente no son emprendedores.
Otros senderos quizás les falte por recorrer a Palmares, aunque ello no depende solo de la empresa: mostrar más sus ofertas a los clientes, en especial a visitantes foráneos, ávidos de vivir experiencias auténticas, distintivas. Bien lo merece lo mucho que allí se invierte.
