Cuando se ha realizado más del 80 % de las asambleas de análisis del Anteproyecto de Ley Código de Trabajo entre los afiliados tuneros es unánime el respaldo al imperativo de adecuar esa legislación laboral a los tiempos que corren y al proceso de actualización del modelo económico.
Aunque los colectivos laborales han mostrado esa convicción, las reuniones son escenarios democráticos para el cuestionamiento y la reflexión de un cuerpo legal que, tras su aprobación por la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre, regirá las relaciones entre empleadores y empleados, quienes ahora en conjunto expresan sus criterios sobre las formulaciones.
Las reflexiones han sugerido añadir, suprimir y cambiar algunos enunciados que se enriquecen con la experiencia colectiva, cuyos aportes darán un acabado más próximo a las expectativas y a las necesidades de reformas que atemperen las normas a las exigencias contemporáneas en un universo que se transforma, sin prisa, pero sin pausa, en la búsqueda de un socialismo próspero y sustentable.
Porque esa aspiración cristalizará, con mayor o menor éxito, en la misma medida en que toda la sociedad participe conscientemente en la toma de decisiones y en las realizaciones prácticas requeridas para el progreso social y económico.
De acuerdo con la información de Luis Cordoví Domínguez, miembro del Secretariado Provincial de la CTC, entre los asuntos más debatidos están los relacionados con las facultades e integración de los Órganos de Justicia Laboral de Base, la custodia de los expedientes laborales por los propios trabajadores y la capacitación y superación profesional.
Otras cuestiones que han ocupado la atención tienen que ver con la flexibilidad del horario, el trabajo de la mujer, la contratación, la disciplina y el protagonismo sindical como representante de sus afiliados en muchas de las decisiones que enfatizan las prerrogativas de las administraciones en el momento de dirimir demandas o solicitudes insatisfechas del trabajador.
De manera general, el proceso que concluirá el 10 de este mes, ha estado signado por la preparación de los cuadros profesionales y activistas del movimiento sindical, de las direcciones administrativas y de los propios trabajadores, conscientes de que un ejercicio de esta naturaleza no es común en el mundo —menos en el capitalismo— y posibilita la participación real en el diseño de una Ley para el futuro.