Desde el jueves 18 de octubre el dramaturgo Rafael González Muñoz es el nuevo presidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la organización que reúne a la vanguardia de la creación artística y literaria de la juventud cubana.
Se dice “vanguardia” y no todos alcanzan a comprender las implicaciones del término: la AHS encarna (tiene que encarnar) lo más renovador, cuestionador y auténtico del arte cubano contemporáneo.
El III Congreso de la asociación debatió durante tres días temas esenciales del acontecer cultural de la nación, proyectándose más allá del rango etario de los participantes, pues el quehacer de los jóvenes creadores marca todo el entramado artístico.
Hay temas que resultan obvios: el impacto de las nuevas tecnologías, los retos de la enseñanza artística, los esquemas de promoción y producción de los artistas emergentes… pero no se olvidaron otros asuntos primordiales en los tiempos que se viven: la vigencia de una política cultural (cuya actualización, por dialéctica, es permanente), la necesidad de las instituciones (algunos creen que limitan la libertad creativa, pero en realidad la garantizan y la sostienen, ante el embate de una mercantilización del arte que estandariza y simplifica), la importancia de la memoria histórica y la defensa de la identidad (puntales ante una globalización que es esencialmente cultural), la formación de las nuevas generaciones frente al empobrecimiento del gusto y las expectativas estéticas de sectores no despreciables de la sociedad cubana.
La nueva dirección de la AHS tiene por delante un debate intenso, que no se dirimirá desde las oficinas, sino en el diálogo directo con los artistas y en el acompañamiento de los procesos creativos. Este Congreso no fue punto y aparte: se trata de seguir coherentemente una línea de trabajo… y no cejar en el empeño.