Tenía 17 años cuando comenzó a trabajar en la agricultura; y apenas cumplía los 25 cuando sus compañeros le confiaron el puesto de secretaria de una sección sindical de la Delegación Provincial de la Agricultura en Camagüey.
Ya han pasado más de 30 años desde aquella primera vez, pero para Esperanza de la Torre Pimentel este tiempo en el que ha estado representando a sus trabajadores, de una forma u otra, desde lo sindical no ha sido nada complejo.
“Cuando me eligieron como secretaria la primera vez me asusté — recuerda—, pero cuando vi que me reeligieron me di cuenta que confiaban en mí, por lo que me sentí honrada. Claro que debía responder de la misma forma, por lo que siempre era la primera en los trabajos voluntarios, en cada emulación, … en todo.
“Además me propuse trabajar, trabajar y trabajar; dar todo lo mejor de mí; tratar con respeto a mis compañeros y convertirme en alguien de confianza para ellos. Si tuviera que dictar una fórmula, esa sería”.
Esperanza ya cumplió 60 años, mas no quiere jubilarse; aún le quedan fuerzas, y como explica, “en el sindicato quedan cosas que hacer y decir. Además viene la celebración de un congreso obrero que será histórico donde temas como la atención al trabajador no pueden faltar, y que servirá también para que embullemos a los más jóvenes a mantener con fuerza al sindicato”.