Tras una década de preparativos, estados miembros de Naciones Unidas se reunieron del 4 al 17 de septiembre en la sede de la organización en Nueva York para realizar la ronda inaugural de negociaciones del primer tratado legalmente vinculante destinado a proteger y conservar los océanos y la biodiversidad en alta mar.
El acuerdo buscaría regular las actividades en casi dos tercios de los océanos, actualmente considerados como aguas internacionales y que no se encuentran protegidos bajo normas obligatorias.
Según trascendidos, el documento que definirá cómo usamos y protegemos los océanos de alta mar —los océanos son propiedad de todos— contiene cuatro apartados claves: el uso de los recursos genéticos marinos (incluyendo el discutido reparto de sus beneficios); las futuras áreas marinas protegidas en alta mar; las evaluaciones de impacto ambiental en las aguas internacionales; y la creación de capacidades en estos temas para los países en vías de desarrollo que carecen de ellas.
Estudios de Naciones Unidas afirman que el océano juega un papel clave en la mitigación del cambio climático, lo cual incluye la absorción del 90 % del calor adicional y el 26 % del exceso de dióxido de carbono producido por fuentes humanas, que a su vez tiene un efecto devastador en los propios mares.
Por tal motivo, gestionar la multitud de estos y otros factores de estrés antropogénico que se ejercen sobre el océano aumentaría su resiliencia al cambio climático y la acidificación de los mares, además de que protegería los ecosistemas marinos, señala la ONU.
De acuerdo con especialistas, la porción del océano que va más allá de las 200 millas náuticas o 370 kilómetros de las costas de un país es vital no solo para el funcionamiento de todo el océano sino también de la vida en la Tierra. A pesar de ello, su actual sistema de gobernanza es débil, fragmentado y no apto para abordar las amenazas que enfrentamos en el siglo XXI a causa del cambio climático, la pesca ilegal y excesiva, la contaminación de los plásticos y la pérdida de hábitats, para solo citar las fundamentales.
La recién concluida ronda de negociaciones sería la primera de cuatro sesiones hasta el año 2020, cuando deberá adoptarse el futuro primer tratado internacional para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina en áreas más allá de la jurisdicción nacional.
(Con información de efeverde.com y Notimex)