Este 24 de julio, cuando se cumplen 235 años del natalicio de Simón Bolívar, se rinde tributo a ese gran visionario no solo para Nuestra América, de quien dos siglos después sigue vigente su pensamiento. El más cercano ejemplo se vio en el recién finalizado XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, celebrado en La Habana, donde mucho se habló del pensamiento bolivariano, ese que fue bandera para el Apóstol cubano José Martí y para hombres como Hugo Chávez y Fidel Castro, líderes de la integración de América Latina y el Caribe.
A propósito de tan significativa fecha, que en 1783 vio nacer en Caracas a El Libertador de cinco naciones sudamericanas y el soñador de la integración continental en una Patria Grande, el embajador de Venezuela en Cuba, doctor Alí Rodríguez Araque, concedió sus valoraciones sobre el prócer para los lectores de Agenda Bolivariana, periódico digital de la Embajada de Venezuela en Cuba.
-Agenda Bolivariana (AB): ¿Qué representa el pensamiento de Bolívar en la actualidad y cuál es la mejor manera de rendirle tributo?
-Alí Rodríguez Araque (ARA): Esas son preguntas que generan almácigos de respuestas, pero entonces uno tiene que seleccionar, entre las muchas que puede dar, cuáles serían más representativas.
Bolívar está vinculado a ciertos términos que expresan principios como es el caso de la unidad de América Latina. Porque él, siguiendo la tradición del pensamiento de Francisco de Miranda y otros patriotas, nunca vio la independencia como un hecho aislado de una porción del territorio de América, sino a América como una nación. Y por eso su plan, no solo por razones de estrategia militar –que fue aniquilar hasta el último reducto español–, sino estrategia que tenía que ver con problemas económicos, políticos, sociales, culturales, era la integración de todo el continente.
No es una idea que sea exclusiva de él. Ya antes Miranda la había planteado y unos cuantos patriotas latinoamericanos la habían expresado. Pero quizás los más destacados sean Miranda y Bolívar. En el caso de Miranda: por una formulación, un intento fallido; y en el caso de Bolívar, por una formulación, un avance consistente, significativo, de ese proceso a través de la batalla por la independencia, por la derrota definitiva del Imperio español en nuestras tierras.
Entonces es lo que queda como un postulado permanente en nuestros pueblos: Primero, el sentido de que –a pesar de todo el esfuerzo que han hecho el imperialismo y las oligarquías por presentarnos como un conjunto de fracciones, de pedazos de territorios– somos una nación. Partiendo incluso de los principios elementales que hemos comentado en otras oportunidades: que es una nación, un territorio común; un origen histórico común, una cultura común; con un lenguaje común, una problemática común, una historia común. Y tareas comunes que todavía no se desarrollan como tales, pese al esfuerzo de hombres, como Hugo Chávez por lograr un proyecto de integración y materializarlo”.
-AB: ¿Qué significado tiene para usted la palabra unidad en estos tiempos?
-ARA: En el caso que estamos hablando, partimos de que tenemos un problema común en Nuestra América que es, en primer lugar, consolidar la independencia de nuestros territorios, sin la cual es imposible cualquier otro proyecto. En segundo lugar, una política común que aproveche el descomunal reservorio de recursos que dispone esta región.
Cuando echas una mirada a cualquier zona te vas a encontrar una abundancia tal de recursos: bosques, agua toda lo que quieras (24 % del agua del mundo está aquí), uno de los más grandes pulmones vegetales del mundo está aquí, riquezas minerales…Yo siempre he dicho que aquí está alojada la tabla periódica de Mendeléyev completa. Así que lo que hacen falta son una política y una voluntad comunes.
Lo intentamos con Unasur. Debemos seguir intentándolo: era el proyecto de Hugo Chávez, era el proyecto de todos nosotros, en eso trabajamos todo lo que pudimos; hay que seguir haciéndolo, no hay que desmayar. Es un proyecto que viene desde los tiempos de Miranda, pasa por Bolívar, siguió con Chávez y llega a nuestros días. Y hay que continuar todo el tiempo que sea necesario hasta su materialización.
Estados Unidos de Norteamérica vivió una Guerra de Secesión; hubo una matazón tremenda por reunificar ese inmenso territorio. Nosotros no tuvimos la suerte de unificar sino apenas porciones pequeñas del territorio, y la fragmentación es lo peor que podemos tener.
–Coincidentemente, el mes de julio recibió además a otro gran venezolano y latinoamericanista: el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, de quien el próximo día 28 se celebrarán 64 años del nacimiento ocurrido en 1954.
-ARA: Con Chávez se mezclan multitud de reflexiones, sentimientos: El hecho de haber tenido la suerte de trabajar conjuntamente con él, permitió entender mejor al ser humano y al ser histórico también. Él tenía conciencia de su rol histórico. A pesar de su modestia, pudo tener conciencia de que la historia del pueblo lo había colocado en un rol que él debía cumplir. Por desgracia, ocurrió lo que ocurrió. No pudo llevar a calidad todo lo que tenía como idea y como potencialidad, para desplegar todas esas posibilidades que tienen nuestros pueblos, tanto Venezuela contada individualmente, como continentalmente en Nuestra América.
Representó (Chávez) una reproducción del pensamiento de Bolívar en nuestros tiempos; una reproducción actualizada, moderna diríamos, de ese pensamiento. Y también una visión moderna de lo que es el imperialismo en esta época y de la unidad no solamente de Nuestra América, sino del mundo frente al imperialismo en la característica de esta época.
Hizo aportes importantes que aún están por resumir y por difundir, porque lo que se ha difundido, más que nada, es un sentimiento chavista, más que un pensamiento chavista. Es una deuda que existe todavía con Hugo Chávez, con Venezuela… y con América.
Tomado de Agenda Bolivariana