La XVIII Conferencia Ministerial del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) tuvo lugar entre los días 3 y 6 de abril en el Centro de Congresos de Bakú, capital de Azerbaiyán. Allí se reafirmó el protagonismo internacional de la organización y la vigencia de los principios que le dieron vida hace 57 años en la Conferencia de Belgrado, en 1961.
Bajo la presidencia pro tempore de la República Bolivariana de Venezuela, la cita se caracterizó por su accionar a favor de la cooperación, la unidad y la solidaridad en el seno del Movimiento, y por abordar entre sus más primordiales retos la preservación de la paz y la seguridad internacionales.
La necesidad de poner fin al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba y la solidaridad con el pueblo y Gobierno de Venezuela ante la amenaza militar, hostilidad y agresión económica provenientes de Washington, fueron pronunciamientos explícitos en el plenario ministerial.
La brutal represión israelí en Gaza, el irrestricto apoyo a la justa causa del pueblo palestino, y la preservación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, centraron también las deliberaciones y acuerdos de los participantes en el foro integracionista.
En esta, se enfatizó la importancia de que predominen la integridad territorial y no la amenaza ni el del uso de la fuerza, se defendió además la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, así como la de erradicar el hambre, la pobreza y la exclusión social.
La Declaración Final, documento rector de la Conferencia, fue aprobada por los representantes de los 120 países miembros del MNOAL, en la que se establecen las proyecciones y acuerdos adoptados en materias como los derechos humanos, la lucha contra el terrorismo, la agenda para el desarrollo equitativo y justo, así como lo imperioso del reforzamiento de ese mecanismo de concertación de los países del Sur.
En el texto se condena la ilegal política practicada por Israel contra el pueblo palestino, incluida la construcción y expansión de los asentamientos judíos en los territorios ocupados y convoca a un esfuerzo colectivo para poner fin a la ocupación israelí desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, acorde con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El documento llama también a un mayor empeño regional e internacional para alcanzar una paz duradera, integral y justa en el Medio Oriente; ratifica la intención de continuar sus esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares, y la creación de una zona libre de armas de destrucción masiva en el esa convulsa región.
La declaración de Bakú expresa la determinación de mantener la oposición a cualquier intento parcial o total de violar la unidad nacional o la integridad territorial de los Estados, así como de respetar la soberanía nacional y corrobora el compromiso de la organización multilateral con la solidaridad en contra de los actos de terrorismo en todas sus formas.
Además, condena cualquier promulgación o aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra los estados miembros del Movimiento, en violación de lo establecido por la Carta de la ONU.
En esta nueva cita, el MNOAL —120 naciones miembros, junto a 10 Estados y 10 organismos internacionales con status de observadores— hizo patente el importante papel que desempeña en el escenario político, económico y social mundial, y en el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales.
Los resultados de esta Conferencia tendrán continuidad en la XVIII Cumbre de Jefes de Estado y/o de Gobierno de MNOAL prevista a celebrarse también en Bakú, durante el 2019, oportunidad en la que Azerbaiyán recibirá de manos de Venezuela la presidencia pro tempore del movimiento tercermundista, y ejercerá ese rol hasta el 2022.