El jurista francés Mathias Forteau argumentó que Chile reconoció en diciembre de 1975 que el objetivo de las negociaciones era llegar a una solución definitiva a la mediterraneidad de Bolivia.
En su exposición el integrante del equipo jurídico boliviano citó a la cancillería chilena cuando manifestó: ‘no podemos dar a una nación ni a las Américas la impresión de que no estamos dispuestos a cumplir en la práctica lo que de manera pública hemos prometido’.
Forteau expuso que a lo largo de un siglo Bolivia ha sido constante en su demanda de negociaciones relativas a su demanda de acceso al mar.
La jornada fue marcada por un inusual fallo técnico en el micrófono que usaba el letrado español Antonio Remiro, que interrumpió durante 35 minutos la sesión oral en La Haya.
El juez somalí Abdulqawi Ahmed Yusuf se percató del percance que impedía un audio claro en la exposición de Remiro y paró la argumentación para que los técnicos solucionaran el problema.
Al repararse el fallo, el letrado prosiguió con su exposición en el segundo día de las audiencias orales y presentó a los jueces documentos rubricados por altas autoridades de ambos países, que consagraron a lo largo del siglo XX acuerdos formales para restaurar el acceso boliviano al mar.
En su condición de país demandante, Bolivia comenzó la víspera las audiencias orales ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con la intervención del agente Eduardo Rodríguez.
Esta etapa es parte de un proceso radicado en la CIJ y responde a una exigencia boliviana de obligar al país austral a una negociación que le permita un acceso soberano al mar.
Mañana 21 será de receso, y luego le tocará el turno a Chile de exponer sus argumentos los días 22 y 23.
Bolivia perdió su acceso al mar tras la Guerra del Pacífico (1879-1883), un conflicto desatado por problemas relacionados con la economía y de territorios. Perú estuvo involucrado como aliado de los bolivianos.
La Paz apela al artículo 31 del Tratado Americano de Soluciones Pacíficas (Pacto de Bogotá, vigente desde 1948) y cita una decena de compromisos escritos asumidos por altos representantes chilenos entre 1920 y 2010 para negociar ese pedido.
Chile, a su vez, tras invadir en 1879 el entonces puerto boliviano de Antofagasta y ocupar con sus tropas 120 mil kilómetros cuadrados de territorios sobre una línea costera de 400 kilómetros, afirma, basado en el Tratado de 1904, que no hay nada pendiente sobre el tema.