Apegados a las exigencias y reclamos de los objetivos económicos y sociales del país para un futuro que se nos encima, sindicalistas de la industria alimentaria y la pesca debatieron el quehacer de sus trabajadores en fábricas y centros laborales durante el 2017. No obstante los avances, en la etapa se incumplieron producciones como leche en polvo y fluida, yogur de soya, aceite vegetal, harina de trigo, pastas alimenticias, cervezas, café torrefacto, acuicultura y otras.
Tales insatisfacciones se deben, fundamentalmente, a inestabilidad con la materia prima y la energía eléctrica, falta de insumos y piezas de repuesto, problemas tecnológicos y déficits de envases.
En el debate, felizmente, no prevaleció la complacencia, sino la certeza de que la solución de los problemas pasa, en primera instancia, por el cumplimiento de los planes productivos, aunque estos, ciertamente, distan mucho de los niveles en otras ocasiones alcanzados.
Al respecto fue claro el criterio expresado por Pedro Díaz Jovel, al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca: “No podemos admitir que las propuestas productivas de un año sean similares a las del anterior, tienen que ser superiores. Además, una arista principal del combate actual es la reducción de los índices de consumo, pues hay centros que gastan 10 u 11 litros de leche para lograr un kilogramo de queso, y otros solo siete u ocho”.
La necesaria identificación de las reservas existentes constituyó punto importante de la reunión, que analizó con fuerza los espacios aún por explotar, por ejemplo, en la producción camaronera. Sobre ello Iris Quiñones, titular del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, insistió en lo que se ha avanzado a pesar de la alta obsolescencia en los equipos, “pero aún se puede hacer más”, dijo.
Asimismo, dirigentes sindicales de centros del camarón expusieron preocupaciones con indicadores directivos vinculados al salario, “pues crece el nivel de actividad y también la eficiencia”.
Al analizar las producciones de varias entidades lácteas —Río Zaza, Villa Clara y Escambray, entre otras— los presentes precisaron las imperfecciones y desmanes que subsisten en la compra de la leche en el campo, lo que favorece que en no pocos casos el líquido que llega a la industria no tenga la mayor calidad.
Se conoció que el salario medio en empresas mixtas del sector era de mil 458 pesos y en unidades presupuestadas es de solo 482.