Por segunda ocasión el Centro Cultural Museo Palacio de los Torcedores acogió este 6 de marzo el Concurso de Danzón Lindas Cubanas, patrocinado por este centro, la Central de Trabajadores de Cuba y el periódico Trabajadores, con el coauspicio de la empresa de la música y los espectáculos Ignacio Piñeiro, la Asociación cubana de Artesanos y Artistas (Acaa) de Matanzas, el proyecto cultural Enmarcarte y la Federación de Mujeres Cubanas.
El encuentro, ideado por el colega y crítico Jorge Rivas Rodríguez, jefe de nuestra redacción cultural, constituye una iniciativa para defender y promover el baile nacional, al convocar a los aficionados de este género, que asumen el certamen como un reto a sus dotes artísticos.
Los bailarines Leydiana Valdés López y David Marrero Hernández, de la compañía Raíces Profundas, comenzaron la cita con una excelente demostración del estilo y la técnica del danzón, creado por el célebre compositor matancero Miguel Failde, autor de la pieza Las Alturas de Simpson, estrenada en 1879.
Acto seguido inició la competencia al ritmo de la emblemática Orquesta Siglo XX —perteneciente a la empresa Ignacio Piñeiro y que este año cumple ocho décadas de fundada—, la cual dirige el maestro Frank Droeshout Fernández, quien recibió de manos de Rivas Rodríguez un diploma de reconocimiento por la admirable trayectoria de la agrupación, y sus significativos aportes a la cultura nacional en defensa del patrimonio sonoro cubano. De manera recíproca, el prestigioso músico le obsequió al también director artístico del espectáculo dos discos que recogen videos de algunas de sus presentaciones de mayor relevancia, y una selección de sus temas más conocidos.El jurado fue presidido por la bailarina y coreógrafa Rosario Cárdenas, Premio Nacional de Danza 2013 y directora de la compañía que lleva su nombre; e integrado por las profesoras María del Carmen Borroto, directora del Centro de la Danza, y Deysi Villalejo, especialista de este sitio, así como por el crítico, poeta, ensayista y periodista Frank Padrón Nodarse; y el violinista y director de la orquesta Pancho el Bravo, Pedro Águila Peñalver, quienes otorgaron tres premios.
El primer lugar lo obtuvo el matrimonio cienfueguero Adolfina Fuentes Cabodevilla y Ramón Cabrera Franco, los cuales vinieron desde su provincia casi con la certeza de que se llevarían el lauro a casa. En el escenario hicieron gala, al igual que los otros concursantes, de su destreza para la interpretación de este género.
Asimismo el segundo y tercer lugar recayeron en Luisa Herrera Labarrete y Felipe Vicente Vázquez Olazábal, y María Cristina Pons y Celso Manuel Arizón Gregorí, respectivamente. Todos los ganadores recibieron un cuadro original (pastel sobre cartón papastamatiu) del reconocido creador de la plástica Erik Varela Ravelo.
Igualmente resultó valiosa la colaboración de los artífices de la Acaa de Matanzas, entre ellos —y encabezados por su presidente Antonio Enrique Pérez Marrero— Mariela Alemán, Dania Echeverría, José Morales, Yolanda Carrera, Madelín Gardoso, Froilán Llanes y Jorge Acosta.
Vale destacar además la labor del locutor José Mejías, un experto profesional que animó la noche con el carisma y el empeño que lo caracteriza.
De esta manera cerró otro capítulo de Lindas Cubanas, para volver el próximo año al gran salón del Centro Cultural Palacio de Los Torcedores, donde cuenta con el entusiasta respaldo del colectivo que allí labora, dirigido por Ramón Vichot Domínguez.
¡ Ah ! Nuestro danzón, nuestra danza nacional. No ha habido música más cubana que el danzón. Escrito siguiendo el formato clásico de la sonata clásica exuda en sus notas y armonías el palpitar y sentir de nuestra cultura y la belleza del paisaje cubano. Antonio María Romeu, su nombre no puede ser omitido de ninguna reseña que le hagamos al danzón. p.s.- El movimiento lento del danzón, en México, es acompañado por las claves que hacen resaltar su compás rítmico y melodódico.